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VILLANUEVA DE LA SIERRA: Hoy estas viviendas que albergaban a la vez la del...

No sé si Vds recuerdan o si acaso han oido hablar de ello, apareció por nuestros Pueblos después de la posguerra un hombre de mediana estatura y más bién delado con acento Gallego y el oficio de AFILADOR.

Con un armazón de forma rectangular de madera y de tipo artesanal que alojaba unas muelas abrasivas, iba recorriendo Pueblo tras Pueblos para ganarse el sustento que no fué demasiado exigente en aquellos tiempos.

Por caminos encharcados en el invierno y polvorientos en verano, y sujetando con sus brazos el peso de aquella rustica máquina, avanzaba metro tras metro o kilómetro tras kílómetro para salvar las distancias que separaban unos Pueblos de otros.

Cuando llegaba a cada Pueblo, iba recorriendo calle tras calle haciendo sonar un silbato que manejaba con sus propios labios de un sonido caracteritico que nos anunciaba su presencia.

Las mujeres a la escucha del mismo, salian a las puertas de sus casas cargadas con los cuchillos, navajas, tijeras y otros utensilios de corte de los por entonces utilizados. No faltaban tampoco los hombres que igualmente se acercaban con las hoces u guadañas que se utilizaban en la siega y para el corte de la hierba que daban nuestros prados para la alimentación del ganado durante todo el año.

Esta rústica máquina de la que hemos hablado de su forma, llevaba adeás una gran rueda de radis de madera a la que en situación de trabajo se le adosaba en su llanta una correa de cuero para la transmisión del movimiento al resto del conjunto. Ejerciendo un presion con el pié sobre un pedal de madera, y con un enlace de mecanismo biela-manivela se ponian en movimiento todas aquellas muelas abrasivas que realizaban un perfecto afilado.

Era un hombre que llegó a ser conocido por todos puesto no faltaba un solo año en que dejara de visitarnos; y un humilde trabajador que encontró de esta forma la manera más honrrosa de ganarse la vida.

Han pasado ya demasiados años para poder asegurar pueda encontrarse ya entre nosotros; por ello quiero rendir este pequeño recuerdo y admiración como uno más de tantos que vivieron tal vez solos por carecer de una familia o por otras circunstancias. Fueron muchos, tal vez demasiados quienes padecieron de una manera vu otra, las dificultades de sobrevivir en una España pobre y diezmada después de una guerra tan larga. Mi deseo sólo es uno: que no se repita.

jacintoP. SALUDOS.

Hasta los 16 años que viví en mi ciudad natal, Oviedo, fué siempre muy
típico, cada 15 ó 20 dias, ver la figura del AFILADOR con su bicicleta
y sus dispositivos para afilar todo elemento de corte que se le cedía.
Exactamente cómo nos dice nuestro ilustre forista D. Jacinto.
Eran todos gallegos

Se me ha cortado el mensaje.
Quería decir que hasta los 16 años que viví en Oviedo era muy típico
ver con frecuencia a los famosos AFILADORES de que nos habla nuestro
ilustre forista D. Jacinto.
Y efectivamente las madres salían a llevarles todo tipo de utensillos
para ponerlos en orden de uso.
Muchas veces nos mandaban a los hijos, y nos suponía un atractivo el ver
cómo manejaba el arte de afilar con aquella bicicleta preparada al efecto.
Eran todos gallegos. Y avisaban con una especie de silbato tipo zampoña
que daba diversos sonidos.
En Asturias quizá por la proximidad a Galicia abundaban estos afiladores.
Era un arte acostumbrado el verlos por los barrios avisando a las señoras
con su original "chiflido"
Para satisfacción de D. Jacinto he de significar que hace aproximadamente
un año en uno de mis viajes a Asturias me encontré con uno de estos
artesanos en Tordesillas (Valladolid) y me causó una sensación muy grata
porque me retotraia a mis primeros años ovetenses.
Siempre existió muchos puntos de concordancia entre Asturias y Galicia.
Aunque a decir verdad a los asturianos nunca nos gustó que nos llamaran
gallegos, que a veces pasaba.
Hay incluso un refrán:
Gallegos y Asturianos
primos hermanos.
A lo que en Asturias se responde _
Si, ellos son los primos...
y nosotros los hermanos.
Claro, que tambien en Galicia se dice a la reciproca...
Costumbres ascentrales pero asimiladas con deportividad por ambas
partes.
Un abrazo.
Manolo
Manolo.

Otros personajes populares en aquellos tiempos de mi niñez, en Oviedo,
erán las lecheras.
Venían con sus lecheras de cinz. Llegaban a las casas y dejaban la leche,
con un medidor que era como un tazón con asa que creo llevaba medio litro
de capacidad y lo depositaban directamente en el hervidor
Luego las amas de casa hervian la leche. Y! que leche la de aquellos
tiempos!. Con aquella nata densa que luego las madres hacian mantequilla
de untada en aquél pan de entonces digeriamos con el café con leche
por las mañanas. Saliamos para el colegio cómo motos.
Estas lecheras venian de las zonas circundantes a Oviedo que entonces
estaba lleno de fincas con vacas. No había llegado el momento de la
construcción masiva.
Y pasaban muy temprano, sobre las ocho de la mañana.
Al punto hay un dicho en Asturias - que nació entonces-cuando las madres
despiertan a sus hijos, que reza:

! Levántate remolón, que ya pasaron las lecheras....!

Nostalgia de aquellos tiempos. Pero claro, ya no vuelven.
Abrazos. Manolo

En cuanto a lo que nos cuenta Sr Trapote de los afiladores en bicicleta, soy testigo de poderlos ver cometiendo su oficio con verdadera profesionalidad y en bicicleta como nos cuenta. Son artesanos que ya pertenecen a otra generación distinta tal vez con mucha penuria, pero seguro que con alguna menos de los por mi contados.

En cuanto a las lecheras de las que nos habla, efectivamente fué tal a como nos la cuenta; haciendo la salvedad de que por aqui, por extremadura, el ganado, su propia casa formaba parte de la de su propio dueño por aquél entonces. H

Hoy estas viviendas que albergaban a la vez la del dueño y el ganado han desaparecido, y los pueblos han encontrado co ello más higiene y limpieza. Pero si recuerdo de lo mismo, el ver mujeres uy también hobres de temprano con un gran cántaro y un pequeño recipiente que servia para la medida. Quiero recordar que se trataba de los botes de leche condensada con la que alimentabas a los niños a los que aquellos hojalateros de entonces les habian soldado un pequeño asa para su manejo.
Fueron vivencias de una época pasada que existió, y de la que no hay que darles más vueltas.

jacintoP. SALUDOS
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Tiene razón, D. Jacinto, son vivencias de una época pasada.
Pero que fueron conformando una manera de comprender las cosas
diferente, é impregnando en cada uno de nosotros una personalidad
determinada que, a la altura de nuestra edad, nos hace comprender
la vida de una manera más serena (no sólo por la edad en si, tambien
por esas vivencias indudablemente).
Un fuerte abrazo.
Manolo.

PD. Estoy totalmente identificado con lo que menciona de UMIONMENDIA. Gran
forista, gran persona, gran amigo.-Manolo ... (ver texto completo)