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VILLANUEVA DE LA SIERRA: Abundando en este tema, D. Jacinto, lo que usted indica...

Ahora que se acerca la primavera, y el mes de Mayo se aproxima, no puedo sino recordar este tiempo tan feliz en aquella Escuela única y solo para niños que teniamos.
Don Vidal Reguera, un maestr menudo de estatura que tuvimos, cuando llegaba Mayo al que conocemos como el mes de las flores, todos los dias y sobre un pequeño altar que levantaba en el hueco de una ventana, nos hacia depositar ramos de flores que nosotros con el mayor entusiasmo soliamos llevar. Un pequeño cuadro de la Virgen Maria, nos bastaba para rendirle el mayor culto y devoción a quién ha sido nuestra Madre, la Madre de todos los creyentes.
Terminado el horario escolar, y antes de dar la salkida a la calle, con el silencio de todos y la curiosidad de cuanto nos decia, nos relataba algunas enseñanzas que siempre han perdurado en mi memoria. Eran enseñanzas maravillosa de cuanto conocia de aquella Madre de Dios y Nuestra, que inculcaba en nuestros pequeños corazones siempre dispuestos a recibir la mejor de las enseñanzas. Era en suma, la contribución en su faceta pastoral de aquél hombre honesto y ejemplar que tuvimos la suerte de tener.
Este Sr, tuvo dos hijas que continuaron la misma labor edificante de du padre; fueron también Maestras que dedicaron toda su vida, enseñando al que no sabe, e inculcando los buenos principios y costumbres en los primeros años de nuestra vida.

Después de esa pequeña semblanza a la Virgen Maria, entonábamos unos cántico en voz alta y sin miedo alguno de desentonar. Canciones que aprendimos en la Iglesia por parte de aquellos curas tan malos según algunos y a los que saliamos corriendo para besarle su mano.
Resultaba agradable a la vista y también al corazón, ver aquél pequeño altar con la Virge y rodeada de las flores mas hermosas que nuestros campos y jardines producian.
Es verdad que los tiempos cambian, y siguen su curso por lo general dando a los seres humanos mayores bienestar, pero al mismo tiempo se van perdiendo unos valores que han contribuido a una mejor convivencia.
Admirable resulta ver a esas personas que todavia quedan que acuden a misa a diario; que comulgan- no con ruedas de molino-yque practican las enseñanzas que aprendimos del Catecismo. Tengo la seguridad que todas ellas, a la hora de su despedida de nosotros, se marcharán gozosas porque saben como decia Santa Teresa, que muero porque no muero.

jacintoP. SALUDOS

Abundando en este tema, D. Jacinto, lo que usted indica de la satisfacción interior
de aquellos que se marchan al mundo eterno, ha de ser indudable. Al menos para
los creyentes.
Aunque hay muchos que no lo son, y en casos concretos siendo grandes personalidades de las letras, ó de la politica, con legiones de de
simpatizantes y coincidentes con sus ideas ateas, que en sus últimos
momentos han pedido comulgar. Lo cual me parece bien porque arrepentidos
quiere Dios.
Lo problemático viene después para esos seguidores sorprendidos que,
normalmente, no profesan el cristianismo casi siempre por la misma
razón: por razones que imputan a la Iglesia.
Es una salida fácil y un tanto inocua. La iglesia es una organización
humana y por tanto sujeta a errores humanos. Cristo es un Ser
divino y se tiene Fe en El o nó -que todo es respetable- pero no sirve
de justificación para acreditar un ateísmo vacuo el parapetarse detrás
de los errores que pueda tener la Iglesia.
Y es que luego, además, se habla mucho de los errores conocidos de 12 ó
20 curas. Pero nunca se habla de los cientos de miles restantes que
cumplen perfectamente su cometido de propagar y ser fieles a la palabra
de Dios. A esos nadie los menciona.
Saludos. Manolo
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Como puedo apreciar Sr Trapote, es consciente de que existe una campaña atroz como siempre la hubo pero hoy dia aumentada por los medios de comunicación que temos contra la Iglsia y sus representantes. Sabemos perfectamente quienes son, y los fines que persiguen para sembrar tanto odio y rencor por el simple hecho de que puedan existir ovejas negras como en toda sociedad y Organización hay, máxima si se trata de una como ésta de sus dimensiones.

La ignorancia, creo pueda ser una de las desgracias ... (ver texto completo)