Amigo Vicente:
Si es verdad que resulta reconfortante que le recuerden a uno en su pueblo. Y además con mucho interés por saber cosas de ti y de tu trayectoria en la vida. Eso es señal de
que has dejado buena huella, esa estela humilde, natural y
honrada que siempre nos viene de nuestros padres a los que
tanto debemos porque en tiempos muy difíciles nos han sabido orientar por el camino constructivo.
El pasado lunes, en el Hotel Wellington, aquí, en Madrid, se
celbró una exposición de productos extremeños. Tuve la oportunidad de asistir y resultó todo fantastico. Buen jamón. buenas chuletas de cordero lechal, gran aceite -incluso expusieron los de Gata Hurdes-y, sobre todo, un
extraordinario tinto Torre Julia reserva que nos servian
con amplía generosidad. Me encontré allí con 8 amigos asturianos y no salíamos del stand del Torre Julia. Inolvidable. Me dijo el director comercial que costaba 17,--euros la botella en fábrica.
Al final tambien regalaron estuches de cerezas del Jerte.
Todo estuvo muy fino, muy bien y en un gran marco cómo es
el Wellington. Extremadura, en este caso, salió fortalecida.
Un abrazo, Vicente.- Manolo
Si es verdad que resulta reconfortante que le recuerden a uno en su pueblo. Y además con mucho interés por saber cosas de ti y de tu trayectoria en la vida. Eso es señal de
que has dejado buena huella, esa estela humilde, natural y
honrada que siempre nos viene de nuestros padres a los que
tanto debemos porque en tiempos muy difíciles nos han sabido orientar por el camino constructivo.
El pasado lunes, en el Hotel Wellington, aquí, en Madrid, se
celbró una exposición de productos extremeños. Tuve la oportunidad de asistir y resultó todo fantastico. Buen jamón. buenas chuletas de cordero lechal, gran aceite -incluso expusieron los de Gata Hurdes-y, sobre todo, un
extraordinario tinto Torre Julia reserva que nos servian
con amplía generosidad. Me encontré allí con 8 amigos asturianos y no salíamos del stand del Torre Julia. Inolvidable. Me dijo el director comercial que costaba 17,--euros la botella en fábrica.
Al final tambien regalaron estuches de cerezas del Jerte.
Todo estuvo muy fino, muy bien y en un gran marco cómo es
el Wellington. Extremadura, en este caso, salió fortalecida.
Un abrazo, Vicente.- Manolo