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Creo que ya quedan pocos burros en villar; de todas formas aunque en el pueblo la gente tiene o ha tenido animales, a mi me dan mucha pena porque creo que nos los tratan todo lo bien que se merecen. Si son parte del negocio quizás es posible que les traten un poco mejor, pero si no, a palos. En mi familia siempre hemos tenido animales (como negocio, o simplemente algunos de compañía) y nos han visto como bichos raros porque les tratamos bien (es decir, nada del otro mundo: darles de comer bien, atenderles si están enfermos, hacerles caricias...).