Vestir la camiseta del equipo de
futbol de tu
pueblo suponia un orgullo para aquel que lo podia lograr, cuando cualquier
rincon de la
calle servia para organizar un partido de fútbol entre la numerosa poblacion infantil que entonces había, la calle y particularmente la
playa era en donde se veía quien desde muy niño despuntaba como futuro jugador y el tiempo le daba la razon a quienes los iban señalando.
Marcelino (a quien no he visto jugar en
Ares por haber nacido mas tarde) me contaron que desde
... (ver texto completo)