Acercarse a la cala de Estacas y con la marea baja recorrer las rocas donde se forman pozas cargadas de variedad vital en forma de pequeños peces y crustáceos que a veces se dejan ver, es un lujo para los sentidos de aquellos que de las playas solo conocen agua y arena.
Tendrían que cobrar entrada.
En otros lugares cobran por ver necedades artificiales o artificiosas, va de broma pero es muy serio
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