ARES: Abundaban los abruños en los terrenos de los aledaños...

Abundaban los abruños en los terrenos de los aledaños al castillo, también unas minúsculas peras silvestres de sabor entre áspero y dulce, subiendo hacia la iglesia de Lubre avellanas silvestres, y en los campos de Pardiez fresas silvestres de minúsculo tamaño y potente y refinado sabor
La huerta de la casa rectoral era abundante en frutales y la tentación de los que por aquel entonces ejercíanos de furtivos.
¿quien no? Si era el deporte nacional