ARES: Bajaba el sonido de un motor por la chimenea, delataba...

Bajaba el sonido de un motor por la chimenea, delataba que un xeito partía para pescar, era una apacible noche de primavera cuando juntos alrededor de una mesa aguardábamos para empezar a cenar, mientras la radio emitía un capítulo mas de la singular familia conocida por casi todos cuando no existía la televisión, Matilde, Perico y Periquín, apenas terminar la representación radiada era la señal asumida por todos que era hora de ir a la cama, a la mañana siguiente tocaba la habitual faena para los mayores, y los demás acudir a la escuela.
Ese día hacía de despertador el lamento de las ruedas de un carro por llevar las ruedas mal engrasadas, y mas que ruido daba una música especial que mas que obligarte a levantar te invitaba a seguir durmiendo, no dejaba de ser una música enxebre que alimentaba el paisaje de una escena bucólico costumbrista, una voz de hombre gritaba que hay que tenr cuidado pues luego me enteré que una mujer desde un balcón le había chimpado una palangana de agua por encima de un traje recién estrenado, luego unas voces que se daban los buenos días y las otras que les correspondían, a pesar de esa música que de verdad no era ruido decidí quedarme en cama y cuando mí abuela me dice que tengo que ir a la escuela y que me tengo que levantar, le digo que me duele la barriga y que la cena me debió sentirme mal.
Ella no se lo tragó lo delataba una indisimulado gesto de complicidad cuando me decía, aguardamos entonces si te sigues encontrando mal a la tarde llamamos al médico, a la hora de comer los síntomas habían desaparecido
Me decía ella, ya sabes una sola vez al mes un día de baja por indigestión, y se reía.