Una foto antigua, principios del siglo X X, nos muestra la panorámica de Ares con su periferia plagada de campos rotulados dispuestos para el cultivo de maíz patatas y trigo y otros productos de temporada, quien no recuerda los tirabeques, fabas lobas así como otros que no vamos a enumerar.
Los planes de urbanismo omitieron la posibilidad de abrir las puertas al cultivo de los distintos productos en su versión de excelencia, a disposición de nuevas generaciones formadas para para la utilización del campo desde el punto de vista tecnológico y de modernidad, invadiendo espacios de muros y cemento en lugares que sólo sirven de disfrute para unos pocos privilegiados y que jamás un plan de urbanismo racional hubiera permitido.
Actualmente el campo en el pueblo es una utopía y un sueño imposible en donde la posibilidad de empleo para jóvenes bien formados podría dar lugar a pequeñas empresas y en consecuencia empleo a cierto sector de la juventud cuya única posibilidad de sobrevivir consiste en tomar las de villa diego.
Los planes de urbanismo omitieron la posibilidad de abrir las puertas al cultivo de los distintos productos en su versión de excelencia, a disposición de nuevas generaciones formadas para para la utilización del campo desde el punto de vista tecnológico y de modernidad, invadiendo espacios de muros y cemento en lugares que sólo sirven de disfrute para unos pocos privilegiados y que jamás un plan de urbanismo racional hubiera permitido.
Actualmente el campo en el pueblo es una utopía y un sueño imposible en donde la posibilidad de empleo para jóvenes bien formados podría dar lugar a pequeñas empresas y en consecuencia empleo a cierto sector de la juventud cuya única posibilidad de sobrevivir consiste en tomar las de villa diego.