Fue cuando tratándome de recrear en el encanto de mi pueblo y de la naturaleza que lo rodea fluyeron los viejos recuerdos que me hicieron llegar a una conclusión y que muchos pueden pensar lo mismo.
La verdadera belleza no está en lo que se ve sino en lo que se lleva dentro.
Por eso cuando recuerdo aquellas calles sin asfaltar llenas de lama en invierno que casi no te dejaban andar, aquellas casas humildes en donde sonreía la necesidad que generosamente te acogía
Cuando en la fiesta te engalanabas por dentro más que por fuera por que haciendo frio sentías calor, cuando una boca desdentada de una vieja que te sonreía te llenaba el alma de felicidad sintiéndote alguien importante por que te queria lo que tu querías
Esa era en realidad la fuerza que te motivaba y la verdadera belleza que no necesita fotografía
Por eso pienso alguna vez, que le quiten al pueblo el maquillaje y en su lugar pongan barro y polvo para que puedan fluir aquellas gentes que ya no están y mezclándose entre aquella ya lejana realidad recobren el más hermoso de los paisajes.
Las gentes que ya no están y que tanto las hechamos de menos.
La verdadera belleza no está en lo que se ve sino en lo que se lleva dentro.
Por eso cuando recuerdo aquellas calles sin asfaltar llenas de lama en invierno que casi no te dejaban andar, aquellas casas humildes en donde sonreía la necesidad que generosamente te acogía
Cuando en la fiesta te engalanabas por dentro más que por fuera por que haciendo frio sentías calor, cuando una boca desdentada de una vieja que te sonreía te llenaba el alma de felicidad sintiéndote alguien importante por que te queria lo que tu querías
Esa era en realidad la fuerza que te motivaba y la verdadera belleza que no necesita fotografía
Por eso pienso alguna vez, que le quiten al pueblo el maquillaje y en su lugar pongan barro y polvo para que puedan fluir aquellas gentes que ya no están y mezclándose entre aquella ya lejana realidad recobren el más hermoso de los paisajes.
Las gentes que ya no están y que tanto las hechamos de menos.