¡Atención atención! Radio mundial, por tierra, mar y aire y por debajo del agua..
Decía Garrafón megáfono en mano, a modo de pregonero, anunciando nuevas que nunca se terminaban de definir, pues era interrumpido por la juventud que a modo de burla le llamaban esquirol falangista y requeté y no se cuantas cosas mas
Desde mi infancia nunca reparé en la razón de semejantes réplicas, y caigo ahora en la conclusión, este hombre fue uno más de aquellos que formó parte de la dotación que en un barco o tarrafa condujeron hacia Francia a republicanos aresanos y gente de la comarca cuando vieron la que se había armado allá por el año 36 del siglo pasado.
Me imagino la afectación protegida por el alcohol para huir de los temores sabiendo que la criminalidad amparada en la cobardía desde la retaguardia participaba en la escabechina, el pudo ser uno más y lo que exponía posiblemente no era otra cosa que su refugio para escapar de los temores, esa es mi conclusión puede que precipitada.
Recuerdo a su yerno, de sonrisa franca y agradable que luego murió en el país vasco, al parecer quemado en una fábrica de fundición y a su mujer, la señora Pepita, una encantadora mujer, que a la hora de cenar comparecía en nuestra casa solo para compartir charla y compañía en la que la anfitriona y compañera era mi abuela, pasado un tiempo de recordatorios y charlas, regresaba a su casa pues era hora de dormir
Luego me enteré de los temores que acompañaban a la mujer, los de morir en soledad., así me lo comentaba mi abuela
Su hija regreso luego para cuidarla.
Para mi sin serlo formó parte de mi familia, así sentía mi corazón y el corazón jamás miente.
Decía Garrafón megáfono en mano, a modo de pregonero, anunciando nuevas que nunca se terminaban de definir, pues era interrumpido por la juventud que a modo de burla le llamaban esquirol falangista y requeté y no se cuantas cosas mas
Desde mi infancia nunca reparé en la razón de semejantes réplicas, y caigo ahora en la conclusión, este hombre fue uno más de aquellos que formó parte de la dotación que en un barco o tarrafa condujeron hacia Francia a republicanos aresanos y gente de la comarca cuando vieron la que se había armado allá por el año 36 del siglo pasado.
Me imagino la afectación protegida por el alcohol para huir de los temores sabiendo que la criminalidad amparada en la cobardía desde la retaguardia participaba en la escabechina, el pudo ser uno más y lo que exponía posiblemente no era otra cosa que su refugio para escapar de los temores, esa es mi conclusión puede que precipitada.
Recuerdo a su yerno, de sonrisa franca y agradable que luego murió en el país vasco, al parecer quemado en una fábrica de fundición y a su mujer, la señora Pepita, una encantadora mujer, que a la hora de cenar comparecía en nuestra casa solo para compartir charla y compañía en la que la anfitriona y compañera era mi abuela, pasado un tiempo de recordatorios y charlas, regresaba a su casa pues era hora de dormir
Luego me enteré de los temores que acompañaban a la mujer, los de morir en soledad., así me lo comentaba mi abuela
Su hija regreso luego para cuidarla.
Para mi sin serlo formó parte de mi familia, así sentía mi corazón y el corazón jamás miente.