ARES: Eran muchos los balcones que en uno de sus rincones,...

Eran muchos los balcones que en uno de sus rincones, acogían nidos de golondrinas que todos los años anunciando la primavera regresaban en gran cantidad y allí nacían los nuevos retoños, incluso se daba el caso en el interior de algunos portales ya que los residentes lo acogían cómo signo de vida y buena suerte, estaba muy mal visto atacar o intentar cazar una de estas aves, no eran necesarias leyes de protección la gente obedecía y respetaba unas leyes no escritas.
Tal abundancia de golondrinas   lo permitía la cadena alimenticia que acogía gran cantidad de mosquitos fruto de la actividad agrícola y ganadera de pequeños y relativamente numerosos establos.
Quizás también fruto de lo mismo, eran los numerosos  murciélagos que en las tardes noches de agosto, revoleteaban en busca de su alimento volatil a través del recorrido por todo el paseo del muelle
Algunos se permitían la entrada en la iglesia para consumir el aceite de aquellas lámparas que por aquel entonces se utilizaban.