Sobre el año 1960, siendo aproximadamente 6, 30 de la tarde, nos dirigimos a las clases particulares que nos imparte don José y en el trayecto al pasar a la altura de la tienda de Paca la rata, sentimos el extremecedor lamento de un cerdo que en hora inhabitual se supone que están matando, no es que nos sorprendiera el suceso, por otra parte normal, rara era la casa en la que no había un cerdo y su matanza doméstica estaba interiorizada y así tocaba dado el mes en que nos encontrábamos.
Pero no sabría explicar el porque a todos nos sucedió lo mismo y así lo comentamos, como una corriente fría que marcaba la espina dorsal y a otros diferentes partes del cuerpo.
Uno de los niños dijo no recuerdo quién, tengo el presentimiento de que algo grave va a suceder, y seguimos caminando.
Estando ya en clase se oye un repique de campanas, toca arrebato, en la casa de labranza situada enfrente la fuente de Papellas, se produce un incendio, y sin pensarlo sin darle tiempo al profesor a decir esta boca es mía, allá vamos y toda la clase queda vacía.
El incendio era estremecedor, la altura de las llamas impresionaba, ignoro si por la infantil percepción de una realidad hipersensibilizada, una cadena humana se pasaban los cubos hasta su destino final, hasta culminar el proceso que ignoro el tiempo que en ello tardó, yo no quise ver más espectáculo.
Al siguiente día me enteré que la única víctima había sido un perro, el pobre animal quedó carbonizado al hallarse amarrado.
Luego no se si leyenda o si se ajustaba a realidad, algo se dejó oír si pudiera ser obra de los escapados, más allá no se indagó , al menos por mi parte queda todo lo demás a la imaginación de quien lo lea.
Pero no sabría explicar el porque a todos nos sucedió lo mismo y así lo comentamos, como una corriente fría que marcaba la espina dorsal y a otros diferentes partes del cuerpo.
Uno de los niños dijo no recuerdo quién, tengo el presentimiento de que algo grave va a suceder, y seguimos caminando.
Estando ya en clase se oye un repique de campanas, toca arrebato, en la casa de labranza situada enfrente la fuente de Papellas, se produce un incendio, y sin pensarlo sin darle tiempo al profesor a decir esta boca es mía, allá vamos y toda la clase queda vacía.
El incendio era estremecedor, la altura de las llamas impresionaba, ignoro si por la infantil percepción de una realidad hipersensibilizada, una cadena humana se pasaban los cubos hasta su destino final, hasta culminar el proceso que ignoro el tiempo que en ello tardó, yo no quise ver más espectáculo.
Al siguiente día me enteré que la única víctima había sido un perro, el pobre animal quedó carbonizado al hallarse amarrado.
Luego no se si leyenda o si se ajustaba a realidad, algo se dejó oír si pudiera ser obra de los escapados, más allá no se indagó , al menos por mi parte queda todo lo demás a la imaginación de quien lo lea.