ARES: El tiempo lo sustituye todo, no nos damos cuenta de...

El tiempo lo sustituye todo, no nos damos cuenta de lo que tenemos hasta que su relevo lo hace desaparecer, solemos decir cuando algo innovador comparece, esto si que queda bien  despreciamos lo presente  como desagradecidos que somos y luego llegamos a lamentar la ausencia
Quien no pagaría por recuperar incluso en lo hiperusado, aquellas tiendas con mostrador de madera donde la higiene olía a lejía, en donde se vendían los productos a granel cuando casi no existía el plástico que llamábamos pesiglàs,  quien con aquellos sacos de arroz sobre el que  casi siempre dormía un gato, quien con azafrán y pimentón a granel quien que si café o achicoria y  cascarilla o en su escelencia cacao, y el bacalao cortado a modo de guillotina de enorme cuchilla que al tajar dejaba como rastro  un aroma que lo impregnaba todo, permaneciendo a modo de ambientador permanente,  y aquel aceite burbujeante depositado en un recipiente cilíndrico de cristal sobre el que estaba instalado un manubrio meneado en el sentido vertical de arriba a abajo de de abajo arriba para llenar la botella que traíamos de casa vacía y decirle al tendero, sirvame un cuartillo por favor y apúntese en la libreta que luego a fin de mes se líquidaba.
Y aquel papel de estraza con que las especias café o malta se envolvía y aquella mezcla de aromas que sólo de olerlas alimentaban y que me dicen de aquellas trastienda en donde se ocultaba un pequeño bar en el que se contaban cotidianas historias y los secretos mas inconfesables
Nada de aquello queda y hay quien dice que no hay que mirar atrás por que es una forma de negarse a las evidencias pero que me perdone el que piense así, lo peor que le puede pasar a una planta para no poder seguir creciendo es apartarse de su raíz, ya que que no somos plantas pero es un decir
Nacin e crecin en Ares morrer en donde dios queira