ARES: Quien te ha visto y quien te ve, Ares de las pandillas...

Quien te ha visto y quien te ve, Ares de las pandillas de pequeños no rueiro jugando un partido de fútbol con dos piedras de portería sobre tierra por que no había asfalto, de niñas jugando al chinque o en grupos mixtos al brilet,  y a la cuerda u otros juegos de coordinación para los que por su naturaleza se veían más dotadas, a la villa y el palán,  al gua o al escondite, y en su defecto a la guerra donde se repartían palos y nadie se iba llorando.
Ares de los ruidos que los niños como si fueran bandadas de pájaros hacían notar su presencia, Ares de regresar a casa cuando las luces se encendieran,  de postillas en las rodillas de mocos cómo si velamen fueran, de vital alegría en donde la humildad era su riqueza, de regresa pronto a casa nada más salir de la escuela, de domingos de cine a las cuatro y con lo que me sobre una gaseosa y sino me la compro a medias, de radio en una casa que suena a más alta voz por que hay que marcar jerarquía.
En fin de aquello que no regresará por que el mundo es diferente, pero a ver quien se atreve a decir que entonces no se sonreía y que no era de verdad por que salía de lo más adentro.
No como hoy que los críos salen cuadriculados sobreprotegidos y a la carta y con cara de pocos amigos
Pero es difícil en ellos apreciar una sonrisa franca de aquella que sale del alma
Hay que seguir caminando cierto, pero debemos mirar atrás, no vaya a ser que algo se ha perdido que se deba recuperar y luego seguir abanzando hacia adelante o para atrás cuando proceda.
Dedicada a Vidal