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A finales de los sesenta, quizás la Sala de fiestas más popular de la comarca fuera la Sala Perla de Perlio, una primera Sala ubicada al margen de la carretera y más tarde se inauguró otra mayor en las inmediaciones.
Tenía poder de convocatoria en donde actuaban los mejores grupos musicales de Galicia y como atración la actuación de cantantes o grupos más populares de aquel momento, pasaron por ella grupos como Mocedades siendo aun desconocidos y un Julio Iglesias del que no me cabía esperar el éxito posterior una vez fuera de España, o Miguel Ríos en una extenuante actuación cantando a la vez con un eléctrizante baile como si le hubieran inyectado queroseno.
El Lunes se le veía sentado en la cafetería El Pez Rojo como si en estado de relajación se hallara recuperado energías liberadas.
En su delirante actuación un impertinente espectador desde el anfiteatro le derramó la bebida del baso que amenazadoramente sostenía en su mano, casi se arma el lío, el cantante le plantò cara, no fue luego necesaria la presencia de personal de orden el impertinente se retrajo.
En autocar en regreso a Ares en donde los domingos y a esas horas Ares era el pasear de cuatro gatos, las primeras discotecas estaban en su fase incipiente en Ferrol en donde un gran ruido de bafles impedía la conversación y la juventud se movía en actitud psicodélica de una manera que llegue a entender más como evasión que como socialización, evasión a posteriori con agregado de sustancias cuyas consecuencias no viene ahora a cuento explicar.
Tenía poder de convocatoria en donde actuaban los mejores grupos musicales de Galicia y como atración la actuación de cantantes o grupos más populares de aquel momento, pasaron por ella grupos como Mocedades siendo aun desconocidos y un Julio Iglesias del que no me cabía esperar el éxito posterior una vez fuera de España, o Miguel Ríos en una extenuante actuación cantando a la vez con un eléctrizante baile como si le hubieran inyectado queroseno.
El Lunes se le veía sentado en la cafetería El Pez Rojo como si en estado de relajación se hallara recuperado energías liberadas.
En su delirante actuación un impertinente espectador desde el anfiteatro le derramó la bebida del baso que amenazadoramente sostenía en su mano, casi se arma el lío, el cantante le plantò cara, no fue luego necesaria la presencia de personal de orden el impertinente se retrajo.
En autocar en regreso a Ares en donde los domingos y a esas horas Ares era el pasear de cuatro gatos, las primeras discotecas estaban en su fase incipiente en Ferrol en donde un gran ruido de bafles impedía la conversación y la juventud se movía en actitud psicodélica de una manera que llegue a entender más como evasión que como socialización, evasión a posteriori con agregado de sustancias cuyas consecuencias no viene ahora a cuento explicar.