Amanece nublado, no llueve pero veo el suelo humedo, no hace frio pero el otoño advierte
En Ares cómo en cualquier otro pueblo que dispusiera de corriente eléctrica, los apagones en invierno sobre todo cuando había temporal eran frecuentes, el tendido eléctrico sobre las cabezas formaba parte del paisaje, y aquellos postes de madera por los que trepaban habilidosos técnicos para reparar.
Con cierta frecuencia en invierno coincidiendo con la cena se producía un apagón y se encendía una vela y otra veces una bujía flotando sobre un baso de aceite que así mismo nadaba sobre agua, el clima que se creaba de recogimiento invitaba a la conversación y de ahí surgían viejas historias en donde se hablaba de seres ya fallecidos y sin conocerlos se establecían vínculos, la atención no se distraía cómo hoy hacia elementos ajenos que contaminan el recogimiento, llamemosle TV.
Al regresar la luz y apagar las velas se perdía el encanto y en mi se creaba un estado de fustración, se distraía el recogimiento y con ello la facultad de conectar todos sobre un mismo objetivo, oír mientras una persona mayor esta hablando del presente y sobre el pasado y al oír enriquecer nuestra literatura popular que endurecían nuestras raíces.
En Ares cómo en cualquier otro pueblo que dispusiera de corriente eléctrica, los apagones en invierno sobre todo cuando había temporal eran frecuentes, el tendido eléctrico sobre las cabezas formaba parte del paisaje, y aquellos postes de madera por los que trepaban habilidosos técnicos para reparar.
Con cierta frecuencia en invierno coincidiendo con la cena se producía un apagón y se encendía una vela y otra veces una bujía flotando sobre un baso de aceite que así mismo nadaba sobre agua, el clima que se creaba de recogimiento invitaba a la conversación y de ahí surgían viejas historias en donde se hablaba de seres ya fallecidos y sin conocerlos se establecían vínculos, la atención no se distraía cómo hoy hacia elementos ajenos que contaminan el recogimiento, llamemosle TV.
Al regresar la luz y apagar las velas se perdía el encanto y en mi se creaba un estado de fustración, se distraía el recogimiento y con ello la facultad de conectar todos sobre un mismo objetivo, oír mientras una persona mayor esta hablando del presente y sobre el pasado y al oír enriquecer nuestra literatura popular que endurecían nuestras raíces.