ESPAÑA es mi patria.
En mi vida profesional varios han sido mis destinos, Madrid, Pamplona, Zaragoza, La Coruña y para rematar Vigo en donde me jubilé, no obstante la movilidad por necesidades de trabajo me permitió conocer todo el territorio de mi nación, eso me facilitó sintonizar con el más variado tipo de gente y entender sus peculiaridades diferenciadas por que en cada región los ciudadanos tienen unos matices que los diferencian de los de otras regiones, filosofía de la vida, y si cabe que afecta hasta en el sentido del humor, no es lo mismo tratar con el maño que por ejemplo el andasluz, no obstante el lugar en que me encontrè siempre me he sentido en casa.
Mi afición a pasearme por cualquier bar estuviera en donde estuviera, por esa movilidad que tenía me facilitaba la integración, así que cualquier lugar era mi casa, es decir, mi patria.
Hoy los caciquillos locales o regionales dispuestos a romperla utilizando las diferencias no como riqueza de la que presumir sino como razón de ruptura crean fronteras emocionales en donde ni siquiera existen físicas.
A poco que hombre lúcido irrumpa liderando tan rico país tocando en donde el común de los mortales se sienta identificado creando un lazo solidario sin renegar de la peculiaridad aquí no habrá nada que hacer y cuando nos demos cuenta ya no tendremos remedio, lo peor no son las fronteras físicas sino las emocionales y culturales mal procesadas y ahí están por la labor quienes creando mitos de las mentiras elaboradas pretenden hacer que las diferencias sean razones de división cuando en realidad fortalecen por que enriquecen, y es que los empeñados en confundir a la gente dicen que hablar de la unidad en las diferencias es hablar de Franco, mentira , lo que pretenden hacer de una rica nación aldeas de respectivos caciquillos con el coste que supone y la división que genera y dividir nunca es bueno y sus gentes tienen que espabilar o pronto será demasiado tarde.
Ruptura que será en todo caso mayor hegemonía para los que desde otros países prefieren vernos débiles más que fuertes para así conservar su privilegiada situación.
Cuando España tiene razones y argumentos de sobra para poder estar siempre arriba, mirando para afuera pero cuidando lo de adentro.
En mi vida profesional varios han sido mis destinos, Madrid, Pamplona, Zaragoza, La Coruña y para rematar Vigo en donde me jubilé, no obstante la movilidad por necesidades de trabajo me permitió conocer todo el territorio de mi nación, eso me facilitó sintonizar con el más variado tipo de gente y entender sus peculiaridades diferenciadas por que en cada región los ciudadanos tienen unos matices que los diferencian de los de otras regiones, filosofía de la vida, y si cabe que afecta hasta en el sentido del humor, no es lo mismo tratar con el maño que por ejemplo el andasluz, no obstante el lugar en que me encontrè siempre me he sentido en casa.
Mi afición a pasearme por cualquier bar estuviera en donde estuviera, por esa movilidad que tenía me facilitaba la integración, así que cualquier lugar era mi casa, es decir, mi patria.
Hoy los caciquillos locales o regionales dispuestos a romperla utilizando las diferencias no como riqueza de la que presumir sino como razón de ruptura crean fronteras emocionales en donde ni siquiera existen físicas.
A poco que hombre lúcido irrumpa liderando tan rico país tocando en donde el común de los mortales se sienta identificado creando un lazo solidario sin renegar de la peculiaridad aquí no habrá nada que hacer y cuando nos demos cuenta ya no tendremos remedio, lo peor no son las fronteras físicas sino las emocionales y culturales mal procesadas y ahí están por la labor quienes creando mitos de las mentiras elaboradas pretenden hacer que las diferencias sean razones de división cuando en realidad fortalecen por que enriquecen, y es que los empeñados en confundir a la gente dicen que hablar de la unidad en las diferencias es hablar de Franco, mentira , lo que pretenden hacer de una rica nación aldeas de respectivos caciquillos con el coste que supone y la división que genera y dividir nunca es bueno y sus gentes tienen que espabilar o pronto será demasiado tarde.
Ruptura que será en todo caso mayor hegemonía para los que desde otros países prefieren vernos débiles más que fuertes para así conservar su privilegiada situación.
Cuando España tiene razones y argumentos de sobra para poder estar siempre arriba, mirando para afuera pero cuidando lo de adentro.