ARES: Frecuentemente un misterioso caballero en su montura,...

Frecuentemente un misterioso caballero en su montura, cabalgaba desde Pedrós hacia Ares, no recuerdo que nadie lo haya saludado, tampoco que saludara él lo que le daba aire de personaje misterioso,  solo se que en Ares tenía familiares, de echo cuando alguien por la razón que fuera lo citaba, acudía al apelativo por el que se conocía a su parentela, los Pipela.
Sobre el año 1956 o quizás algún año mas, padres misioneros participan en Ares en una misión evangelizadora, creo recordar, tampoco lo tengo claro si los padres eran franciscanos paules o carmelitas ignoro la congregación, los de Pedrós portaban una imagen al parecer una de las que estaban depositadas en la Capilla del Carmen, y así otras cada cual representaban distintas cofradías que mirando atrás simulaban gremios, la Virgen del Carmen era transportada en una pequeña barca que se sostenía encima de un carro empujado por monaguillos, pendones y cruces transportados por seglares y el gentío formaban la procesión clamando cánticos religiosos creando así un clima que  el profano  interpretaría como de histeria colectiva, ya que todo los participantes que era más de medio pueblo se veía influenciado por las predicaciones que  venían realizando los misioneros todos los días así durante más de una semana.
Contaba mi madre con cierta ironía que si en esos momentos nos viene encima un cataclismo todos vamos al cielo directamente ya que las maldades y rencores en ese corto período de tiempo habían desaparecido cómo por arte de magia, marchados los misioneros el pueblo regresó a su normalidad de buenos y menos buenos ruines y menos ruines
Uno de los misioneros luego en África se dice que fue asesinado  creo pensar que en el Congo que antes era Congo Belga, este misionero era robusto,  y de pelo algo rizado y de poblada barba, de verbo fácil y simpatía natural que empatizaba con la gente joven, el también lo era, de los otros no me queda la más mínima imagen, yo era entonces muy pequeño pero como si un flax me impregnara de imágenes que quedan para el recuerdo.
Por aquel entonces las procesiones eran la expresión religiosa en la que el pueblo participaba con entera devoción
A día de hoy puede que se mantenga ese matiz pero priva la tradición, y respetando la libertad de cada uno las procesiones ya forman parte del patrimonio del pueblo que hay que potenciar y proteger respetando las parcelas, la religiosa por cierto sino no tendrían razón de ser y perderían su esencia, en donde religiosidad y tradición se dan el abrazo de convivencia alimentando simbolos de identidad