Entre la colección de fotos antiguas que se guardaban en una caja de latón serigrafiado, había una en donde mi abuela sostenía sobre sus brazos a mi madre mientras la hermana (mi tía) se aferraba a sus regazos, y un grupo de niños portando banderas de España formando parte de una comitiva, al fondo adultos que se supone eran autoridades de municipalidad, al parecer tiene que ver la celebración con la exaltación nacional propia de aquella época, recuerdo así mismo una foto en donde una formación de niños con fusiles de madera en organizado desfile, el mayor de ellos puede que tuviera unos diez años, poco o nada he oído sobre este asunto que despierta mi curiosidad cual era el pensamiento colectivo en ese mundo rural encuadrado sobre los años 20 del 1900 y cual el sentimiento ante semejantes exhibiciones, y así describir una sociedad que a tiempo presente es susceptible de erráticas interpretaciones.
Viene a cuento porque siendo muy niño encontré en el desván una bandera de España de lienzo sostenida sobre un barrote de madera barnizada y de unos 50 cm en forma de prisma regular alargado por sus laterales y de pequeñas superficies es sus caras extremas, idéntico al que se apreciaba en una de aquellas fotos.
Cogí la bandera y me asomé al balcón de balaustres de madera tratando de encontrar el lugar adecuado donde instalarla, y mi madre al verme cómo asustada me reprimió, ¡guarda eso en donde lo has dejado! Y así lo hice sin dejar de hacerme una pregunta hacia mis adentros, ¿pero si es la bandera de España por que se habrá puesto así? dejé el tema y a mi bola, lo decía la madre lo decía la autoridad.
Pasaron muchos años y al llegarme eses recuerdos lo tuve claro:
Había temor a los escapados fieles a un régimen pasado y que duró poco o nada o casi nada, había temor a quienes sobrevivían en la clandestinidad y no habían claudicado, no fuera ser que se prestara a malas interpretaciones.
Viene a cuento porque siendo muy niño encontré en el desván una bandera de España de lienzo sostenida sobre un barrote de madera barnizada y de unos 50 cm en forma de prisma regular alargado por sus laterales y de pequeñas superficies es sus caras extremas, idéntico al que se apreciaba en una de aquellas fotos.
Cogí la bandera y me asomé al balcón de balaustres de madera tratando de encontrar el lugar adecuado donde instalarla, y mi madre al verme cómo asustada me reprimió, ¡guarda eso en donde lo has dejado! Y así lo hice sin dejar de hacerme una pregunta hacia mis adentros, ¿pero si es la bandera de España por que se habrá puesto así? dejé el tema y a mi bola, lo decía la madre lo decía la autoridad.
Pasaron muchos años y al llegarme eses recuerdos lo tuve claro:
Había temor a los escapados fieles a un régimen pasado y que duró poco o nada o casi nada, había temor a quienes sobrevivían en la clandestinidad y no habían claudicado, no fuera ser que se prestara a malas interpretaciones.