Dicen que los gorriones corren peligro de extinción, hablamos de pájaros con máxima capacidad de adaptación al medio.
Me viene a la mente la ausencia casi absoluta de golondrinas que en primavera regresaban a sus nidos para procrear y luego en agosto marchar para su otro domicilio que en África le aguardaba, y la abundancia de murciélagos que las noches de agosto revoloteaban a la captura de los mosquitos que a modo de pastizal salían de las cuadras y de cultivos abonados del estiércol en terrenos que a campo abierto se cultivaban, gorriones que a modo de plaga invadían los trigales burlándose de espantapájaros y de las matracas que manos desesperadas hacían sonar, a veces sirviéndose de piedras que golpeaban latas vacías de membrillo o de aceite.
Dicen que los gorriones corren riesgo de extinción cuando en mi memoria guardo aquellos petirrojos que impertinente mente posaban en el alféizar de la cocina como queriendo saludar, y de tantos verderones que a primera hora de la mañana saludaban por las calles y luego avanzado el día no dejarse ver
Dicen lo que dicen cuando recuerdo el sonido del pájaro carpintero al golpear sobre el madero del viejo àrbol y del cuco que no se dejaba ver al tiempo que insinuaba
Dicen que el gorrión corre riesgo de extinción, ¡dios mio! Y luego quienes serán los próximos
Me viene a la mente la ausencia casi absoluta de golondrinas que en primavera regresaban a sus nidos para procrear y luego en agosto marchar para su otro domicilio que en África le aguardaba, y la abundancia de murciélagos que las noches de agosto revoloteaban a la captura de los mosquitos que a modo de pastizal salían de las cuadras y de cultivos abonados del estiércol en terrenos que a campo abierto se cultivaban, gorriones que a modo de plaga invadían los trigales burlándose de espantapájaros y de las matracas que manos desesperadas hacían sonar, a veces sirviéndose de piedras que golpeaban latas vacías de membrillo o de aceite.
Dicen que los gorriones corren riesgo de extinción cuando en mi memoria guardo aquellos petirrojos que impertinente mente posaban en el alféizar de la cocina como queriendo saludar, y de tantos verderones que a primera hora de la mañana saludaban por las calles y luego avanzado el día no dejarse ver
Dicen lo que dicen cuando recuerdo el sonido del pájaro carpintero al golpear sobre el madero del viejo àrbol y del cuco que no se dejaba ver al tiempo que insinuaba
Dicen que el gorrión corre riesgo de extinción, ¡dios mio! Y luego quienes serán los próximos