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ARES: Me siento un privilegiado por haber disfrutado mis...

Me siento un privilegiado por haber disfrutado mis primeros dieciocho años de la casa en la que nací a pesar de ser tan humilde
Tenía  un balcón con suelo de madera  y bajo este dos ménsulas sobre el que se asentaba la arquitectura balaustrada, dos habitaciones en el bajo una de ellas con vista a un modesto pero hermoso huerto y una pequeña bodega, al subir escasos peldaños  lo primero que te encontrabas era la cocina con una lareira de basto granito aunque algo pulido, y un un trespies bajo el que se le aplicaba la leña que en combustión le producía un gusto especial y característico a lo que se cocinaba, un amplio hueco  hacia el exterior por el tejado era chimenea que  delataba  cuando algo se estaba cocinando, y lo que
La  fachada de la casa daba a la calle Rectoral y mirando hacia atrás la ventana de la cocina a través de la cual se veía el huerto con diversos árboles que iban diciendo en que estación nos encontrábamos según el fruto que se hallaba en su sazón, y otra habitación que tambien miraba a la huerta y una más que hacía de sala y conducía al balcón
En la huerta tres pexegueiros que a primeros de septiembre daban el punto de madurez, un manzano de exquisitas  santiaguesas y otras de pintas o rallas rojas sobre un fondo verde y cierto grado de acidez, tres de ciruelas rojas que en su sazón daban un carácteristico dulzor, un pilón cómo lavadero y al lado el pozo sobre el que se sumergia un caldero suspendido por la cuerda que corría por la roldana para llenar el pilón regar el césped  o simplemente beber, no era el cespes insulso o domesticado como sugiere el snob   sino el que produce la naturaleza de gramíneas y otras hermosas hierbas que los puristas  llaman invasivas, la primavera adornaba el conjunto de distintas y hermosas flores salvajes y sobre ese hermoso manto de aroma carácteristico por agradable, mi madre tendía la ropa a clarear, abundaban las caracoles comunes de caparazón castaño  eran frecuente verlas arrastrar en busca de los nutrientes o huyendo de los depredadores, abundaban  pájaros cómo los carrizos verderones y gorriones para que hablar, pegas reboldanas y en primavera abundantes mariposas de los más diversos colores a las que hoy solo la casualidad permite su presencia,  sensaciones imposibles de describir pero que mi mente las tiene presentes
Me atrevo a decir que la época más feliz era cuando siendo más humilde, la naturaleza me ofrecía lo que que hoy esté en donde esté le es imposible ofrecer, más feliz y más afortunada por que aquello a día de hoy, no hay dinero que lo compre por que es casi imposible localizar,  lo han matado los pesticidas y la ausencia de cultivos que en aquel entonces abundaban en cantidad y diversidad, así era entonces Ares hoy pulido por el maquillaje
Me quedo con el natural.