ARES: Corría el año 92 del siglo pasado, paseando por senderos...

Corría el año 92 del siglo pasado, paseando por senderos agrestes de Val ď Ebron y próximo a Hogares Mundet veo acercarse a dos policías del grupo de caballería que por las inmediaciones sobre hermosos caballos patrullaban en labores de vigilancia periférica como complemento preventivo de seguridad ante las olimpiadas que se avecinaban, los saludé y al ver que bajaban de sus cabalgaduras aproveché para hacerle puntuales preguntas sobre lugares de interés que me recomendaban, era más las ganas de hablar que la curiosidad que podían suponer las preguntas que les hacía, salieron diversos temas en el prudente espacio de tiempo que nos permitimos, conservo una foto de aquel anécdota de los ginetes y los hermosos caballos, nos dígimos un hasta luego y cada cual a su bola.
En esto veo acercar un personaje de mediana edad, nariz aguileña enjuto y mal encarado que haciendo senderismo se acerca a mí y me pregunta ¿usted los conoce? Y le contesto que no, que eran las ganas de charlar después de estar haciendo footin lo que me había llevado a aparentar curiosidad haciendo puntuales preguntas y que los tipos habían sido receptivos y agradables.
Una expresión de odio que se supone inspirada por la presencia de los patrulleros por los senderos del monte, salió de aquellos más que expresivos ojos y el fulano soltó: No se debía permitir circular esos caballos por estes montes pues sus excrementos son un riesgo para quien circule por aquí y que pueda sufrir alguna herida a riesgo de coger el tétanos.
Lo vi venir e insitu le solté, no se preocupe usted hombre de diós (hombre de diós por que era un religioso de los que daba clases en una escuela de la proximidad) a los comemierdas no les ocurre nada pues al convivir con la basura quedan inmunizados y no me diga usted que le importa la humanidad
Lo vi venir tenía el odio inoculado y que el paso del tiempo me confirmó las sospechas que ya me venían de atrás
Otros no se enteraban o se ponían de perfil.