Hace algo más de cuarenta años, cuarenta y siete para ser justos, me encontraba en el muelle con un pequeño grupo de amigos enfrente al casino, sentado en el petril, apareció Raúl preguntando si había partido de futbol en la playa, le apetecía jugar así como los que allí estábamos pero nadie había traído un balón, quería rememorar tiempos de un pasado reciente en donde lo habitual era a media tarde de verano disfrutar de un partido de futbol en la playa
Propuso entonces que al dia siguiente y que alguien se encargara de avisar a cualquiera que tuviese balón, fué la última invitación que tuve de participar en algo que no sólo me divertía a mí ya que el poder de convocatoria siempre conducía a excedentes por la afición que a tantos jovenes motivaba
Y es al día siguiente cuando un telegrama me dice de la urgencia con que tengo que marchar a San Sebastian
Fue la ruptura con unos hábitos que por la forma de despedirme dejaron un poso de nostalgia de una etapa de mi vida que jamás se volvió a repetir.
El caso es que ese desagradable adiós dejo en mi mente el deseo de repetir las experiencias y la imagen de un Raúl ansioso de lo que al parece también a el le motivaba y le evocaba recuerdos deseoso de ememorar.
Para mí fue el antes y un después, ignoro si a él le sucedió lo mismo
Raul no es que fuera mi amigo, era algo mayor que yo en una edad que marca distancias, era o es de Ares, vivía y estudiaba fuera apareciendo en los momentos vacacionales.
Propuso entonces que al dia siguiente y que alguien se encargara de avisar a cualquiera que tuviese balón, fué la última invitación que tuve de participar en algo que no sólo me divertía a mí ya que el poder de convocatoria siempre conducía a excedentes por la afición que a tantos jovenes motivaba
Y es al día siguiente cuando un telegrama me dice de la urgencia con que tengo que marchar a San Sebastian
Fue la ruptura con unos hábitos que por la forma de despedirme dejaron un poso de nostalgia de una etapa de mi vida que jamás se volvió a repetir.
El caso es que ese desagradable adiós dejo en mi mente el deseo de repetir las experiencias y la imagen de un Raúl ansioso de lo que al parece también a el le motivaba y le evocaba recuerdos deseoso de ememorar.
Para mí fue el antes y un después, ignoro si a él le sucedió lo mismo
Raul no es que fuera mi amigo, era algo mayor que yo en una edad que marca distancias, era o es de Ares, vivía y estudiaba fuera apareciendo en los momentos vacacionales.