El traqueteo del motor de una embarcación que andaba al xeito, se dejaba oír a través de la chimenea mientras la familia cena plácidamente antes de ir a acostarse, al tiempo la radio nos narra las aventuras de una peculiar famila, Matilde Perico y Periquín, luego toca ir a la cama.
Ya de madrugada y como toque de Diana, se oye el chirriar de las ruedas de un carro de ejes mal engrasados que más que molestar suenan a música celestial que invita a seguir durmiendo, se oyen las voces de gente que se da los buenos días al tiempo que se siente lanzar una palangana de agua desde un balcon mientra que alguien al pasar grita en señal de reproche diciendo que hay que tener cuidado.
Se me dibuja en la mente un escenario costumbrista que hoy deseo reproducir
Ante aquella situación tomé una determinación y pensé hoy voy a hacer el enfermo mi abuela no me va a creer pero me dará la razón para que yo pueda seguir soñando, se que nunca la engañé cuando seguí repitiendo la acción, quizas por que yo reproducía lo que ella hacía de niña y entendía que a nadie se le puede negar el placer que ella también sentía cuando le permitían que ante aquel rumor matinal que ella vivía también siendo niña a ella la dejaban dormir
Vivir era vivir en aquel Ares que ya no existe
Ya de madrugada y como toque de Diana, se oye el chirriar de las ruedas de un carro de ejes mal engrasados que más que molestar suenan a música celestial que invita a seguir durmiendo, se oyen las voces de gente que se da los buenos días al tiempo que se siente lanzar una palangana de agua desde un balcon mientra que alguien al pasar grita en señal de reproche diciendo que hay que tener cuidado.
Se me dibuja en la mente un escenario costumbrista que hoy deseo reproducir
Ante aquella situación tomé una determinación y pensé hoy voy a hacer el enfermo mi abuela no me va a creer pero me dará la razón para que yo pueda seguir soñando, se que nunca la engañé cuando seguí repitiendo la acción, quizas por que yo reproducía lo que ella hacía de niña y entendía que a nadie se le puede negar el placer que ella también sentía cuando le permitían que ante aquel rumor matinal que ella vivía también siendo niña a ella la dejaban dormir
Vivir era vivir en aquel Ares que ya no existe