"Al final la realidad se impuso". Con estas palabras la alcaldesa, Pilar Souto, expresaba el pasado viernes su decepción ante los impedimentos económicos que le hicieron renunciar a sacar a concurso la ampliación de la piscina municipal.
La negativa de los bancos a avalar la obra, que supera los dos millones de euros, ha forzado al Gobierno local a estudiar otras posibles vías de financiación. Entre ellas, su ejecución con cargo al remanente de Tesorería o a través de una subvención autonómica.
La remodelación de esta instalación ocupaba un lugar central en el programa electoral de los dos grupos que componen el bipartito, PSOE y TeGa que anunciaron también otras obras que, a día de hoy, carecen de financiación. O de terrenos. O de ambas cosas.
Es el caso del centro cívico de Meicende -anunciado en 2003-, la reforma del antiguo Consistorio -que no obtuvo subvención autonómica- o el bulevar de la avenida de Finisterre, el plan estrella del PSOE, que corre el riesgo de perderse en el limbo de los imposibles.
A estos proyectos se suman antiguas reivindicaciones que no han obtenido respuesta municipal ni autonómica: el traslado de las líneas de alta tensión de Sol y Mar, la regeneración del vertedero de Monticaño o la mejora de la AC-415 y la rotonda de Sabón.
Estos tres proyectos se encuentran en fase de estudio, negociación o renegociación, al igual que otros que fueron anunciados casi a principios de la legislatura: la recuperación de la zona de As Eiras, en Meicende, o la ejecución del plan para compensar a las zonas más afectadas por las obras del puerto exterior, pendiente del sí definitivo de la Autoridad Portuaria. La negociación con entidades y administraciones y los trámites burocráticos han demorado otras actuaciones anunciadas por el bipartito. Es el caso del centro tecnológico o la ampliación del centro de salud. La alcaldesa confía en que muchos de los proyectos se desbloqueen pronto. Los vecinos cruzan los dedos.
La negativa de los bancos a avalar la obra, que supera los dos millones de euros, ha forzado al Gobierno local a estudiar otras posibles vías de financiación. Entre ellas, su ejecución con cargo al remanente de Tesorería o a través de una subvención autonómica.
La remodelación de esta instalación ocupaba un lugar central en el programa electoral de los dos grupos que componen el bipartito, PSOE y TeGa que anunciaron también otras obras que, a día de hoy, carecen de financiación. O de terrenos. O de ambas cosas.
Es el caso del centro cívico de Meicende -anunciado en 2003-, la reforma del antiguo Consistorio -que no obtuvo subvención autonómica- o el bulevar de la avenida de Finisterre, el plan estrella del PSOE, que corre el riesgo de perderse en el limbo de los imposibles.
A estos proyectos se suman antiguas reivindicaciones que no han obtenido respuesta municipal ni autonómica: el traslado de las líneas de alta tensión de Sol y Mar, la regeneración del vertedero de Monticaño o la mejora de la AC-415 y la rotonda de Sabón.
Estos tres proyectos se encuentran en fase de estudio, negociación o renegociación, al igual que otros que fueron anunciados casi a principios de la legislatura: la recuperación de la zona de As Eiras, en Meicende, o la ejecución del plan para compensar a las zonas más afectadas por las obras del puerto exterior, pendiente del sí definitivo de la Autoridad Portuaria. La negociación con entidades y administraciones y los trámites burocráticos han demorado otras actuaciones anunciadas por el bipartito. Es el caso del centro tecnológico o la ampliación del centro de salud. La alcaldesa confía en que muchos de los proyectos se desbloqueen pronto. Los vecinos cruzan los dedos.