Poema a la Divina Pastora
Hermosa Virgen de Cabellos de Oro
a quien el hombre en su dolor implora
Tú eres el cielo sin igual tesoro
y dulce aliento del que triste llora
El infeliz que cruza sollozando
su sendero de espinas y de abrojos
en tus consuelos plácidos confiando
fija en ti, Virgen, sus nublados ojos
Por eso el pueblo que venera tanto
tu imagen sin igual, encantadora,
henchido de esperanza y amor santo,
se arrodilla ante ti bella Pastora
Derrama, pues, sobre tus bendiciones,
tu que puedes todo, Virgen pura,
mientras se oyen las santas oraciones,
que nuestros labios para ti murmuran
Hermosa Virgen de Cabellos de Oro
a quien el hombre en su dolor implora
Tú eres el cielo sin igual tesoro
y dulce aliento del que triste llora
El infeliz que cruza sollozando
su sendero de espinas y de abrojos
en tus consuelos plácidos confiando
fija en ti, Virgen, sus nublados ojos
Por eso el pueblo que venera tanto
tu imagen sin igual, encantadora,
henchido de esperanza y amor santo,
se arrodilla ante ti bella Pastora
Derrama, pues, sobre tus bendiciones,
tu que puedes todo, Virgen pura,
mientras se oyen las santas oraciones,
que nuestros labios para ti murmuran