Tu rostro me recuerda el azul del mar,
no por tus ojos, sino por tu cara de calamar.
no por tus ojos, sino por tu cara de calamar.
Anoche pedí a un ángel que te proteja, mientras duermes. Pero regreso inmediatamente y le pregunté por qué había vuelto; respondiendo: los ángeles no necesitan que los protejan.
mi amiga y compañera, deseo que estés bien en tu pueblo y aunque se que lo
estas pasado mal, yo desde a qui te mando mis fuerzas. beso
estas pasado mal, yo desde a qui te mando mis fuerzas. beso
en esa misma mesa del año pasado, estuvo tu madre viendo a la mía, que fueron
tan bien buenas amigas, y se despidieron con volver este año, lo cual no puede ser.
quizá algún día se encuentre donde tantas veces fueron a rezar.
tan bien buenas amigas, y se despidieron con volver este año, lo cual no puede ser.
quizá algún día se encuentre donde tantas veces fueron a rezar.