La persona que aparece en esta foto, cuyo nombre no recuerdo, se portó extraordinariamente con nosotros. Al parecer es el sacristan de esta encantadora iglesia, que estaba cerrada cuando llegamos a ella. Este buen hombre pasaba por alli en su ciclomotor y al vernos, se ofrecio a abrirnos y a mostrarnos el templo ce cabo a rabo así como a darnos una muy buena informacion sobre la ubicacion del castro celta que hay en el mismo pueblo y que no fuimos capaces de encontran anteriormente. Vaya mi agradecimiento para él. Personas así hacen que Galicia sea un destino "distinto" para viajar.