Vale!, la experiencia merece un respeto pero tampoco puede considerarse definitiva, son las nuevas generaciones las que deben corregirse sobre sí mismas ya que el antes y el ahora no tienen nada que ver aunque lo una es consecuencia de lo otro.
Cuando hablamos de pérdida de valores no reparamos en que estes se fundamentan sobre unas bases distintas, la informática, la robótica y la tecnología en general modifican la conducta humana y las relaciones interpersonales, y la sociedad exige asentarse sobre mitos diferentes, por lo que los clásicos discursos quedan obsoletos y crean confrontación mientras una masa desencantada aguarda su revolución que solucione los problemas reales, mientras calvos canosos acuden a los templos y vejestorios caducos desfilan en manifestación, una juventud desencantada y al margen se pregunta, ¿que hay de lo nuestro?, modestamente creemos ambas se tienen que sentar en la misma mesa y hablar sin que ninguna se atribuya razón alguna pero que una y la otra tengan cosas que decir en busca del punto de encuentro que no hipoteque el futuro de quienes están por venir.
Mientras vemos que las viejas y obsoletas ideologías que han sido un fracaso permanecen en la contienda, un pasito para delante y tres pasitos para atrás ¿ pero a quienes pretenden engañar?.
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