Entre niños se comentaba a modo de anécdota la odisea de los aresanos que como otros tantos españoles tuvieron que emprender la huida hacia el extranjero para escapar de la quema cuando en la guerra civil el bando preponderante en el territorio que ellos vivían era el contrario a los ideales que los mismos defendían, y la venganza o represalia era la práctica común y todo sonaba lejano cómo si con nosotros no fuera.
Despreciable y denigrante guerra civil que entre hermanos se matan y se aceleran los odios que perviven secula seculorum
Y lo digo a modo de anécdota por que en las casas los padres a los hijos no profundizaban sobre el tema que entonces era tabú, no fuera a ser que los niños comentaran más de lo necesario y así perjudicar al entorno y así dejar de vivir en paz.
Sale el tema a colación por que cual no será mi sorpresa que en una ciudad de España me encuentro el libro editado por la diputación de Coruña A Fuxida do bou Ramón en donde reconozco familiares de los huidos y de la gente juzgada con distinta suerte en las sentencias.
Trágicos silencios que mi adolescencia no apercibió todo entonces sonaba lejano cuando viviendo en una burbuja andábamos a otras cosas.
Y los rencores acudirán recurrentemente se quiera o no hasta que alguien con mente lúcida reconozca los errores que a cada lado corresponda se asuman y en nombre de los antepasados tome la iniciativa a seguir y que los demás lo secunden y así fundirse en un sincero abrazo simulando aquel que en Vergara realizaban otros hermanos que entre ellos tambièn se mataban.
Todos sabemos entonces cual era la legalidad casi todos quienes mal la gestionaron en una etapa revolucionaria se quiera o no y las revoluciones siempre caminan encima de una cuerda y en el fondo el precipicio
Descanse en paz aquella historia que en mi duda está que no se vuelva a repetir, solo falta la mecha de un contexto internacional vinculante y así volverla cagar
Dios no lo quiera
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