LOS PAISAJES DE GALICIA
Sombras llenas de eucaliptos
entre laderas gozosas,
donde el mar suelta sus gritos
en las tardes más hermosas.
Es la Galicia sentida
con su gente marinera,
donde la mar es crecida
y se nos vuelve altanera.
Costas llenas de leyendas
con faros en sus lugares,
caminos de bellas sendas
que no parecen dispares.
Fisterra marca su ritmo
con vistas extraordinarias,
el mar parece el abismo
de brisas estrafalarias.
La mirada al horizonte
y el corazón expandido,
a veces mirando al norte
te sientes más confundido.
Es la punta de mí España
donde tiemblan los marinos,
la costa parece extraña
y deja sus desatinos.
Brisas que vienen ligeras
cruzando costas y montes,
gentes de fe aventureras
que en el mar buscan resortes.
Galicia sigue formando
un mundo de marineros,
que a veces van navegando
con ritmos de sus cruceros.
Finisterre marinera
con su costa bien medida,
corre la brisa a su vera
sobre las nubes prendida.
G X Cantalapiedra.
Sombras llenas de eucaliptos
entre laderas gozosas,
donde el mar suelta sus gritos
en las tardes más hermosas.
Es la Galicia sentida
con su gente marinera,
donde la mar es crecida
y se nos vuelve altanera.
Costas llenas de leyendas
con faros en sus lugares,
caminos de bellas sendas
que no parecen dispares.
Fisterra marca su ritmo
con vistas extraordinarias,
el mar parece el abismo
de brisas estrafalarias.
La mirada al horizonte
y el corazón expandido,
a veces mirando al norte
te sientes más confundido.
Es la punta de mí España
donde tiemblan los marinos,
la costa parece extraña
y deja sus desatinos.
Brisas que vienen ligeras
cruzando costas y montes,
gentes de fe aventureras
que en el mar buscan resortes.
Galicia sigue formando
un mundo de marineros,
que a veces van navegando
con ritmos de sus cruceros.
Finisterre marinera
con su costa bien medida,
corre la brisa a su vera
sobre las nubes prendida.
G X Cantalapiedra.