Cuanto podría hablar de
Laxe, los
veranos con la
playa las
fiestas del 15 de agosto, cuanta ilusión, el
pan de huevo que nos hacían en la
panadería de cerca de la
Iglesia, que pan tan maravilloso, cuando llegaba a
casa ya me había comido un buen trozo. Cuanta ingenuidad había entre todas las
amigas, Lucita, Mª Isabel, Florita y yo, siempre las llevo en mi corazón de niña y como tal las siento, su
Semana Santa tan regia y tradicional, siempre repitiendo año tras año todo lo que nos hacía vibrar cuendo
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