EL DESTINO TE LA JUEGA
Soñando pisar las tablas del paseo de esa playa, Miño nos daba esperanza que poco a poco se acaba. Soñando pisar la arena, entre brisas de nostalgia, no queriendo tener pena y gozar si existe magia. Es la Galicia de siempre, corazón amor y calma, la que llevas en tu mente y con la que tu descansas. La playa Grande de Miño, repleta de buena marcha, donde se nota el cariño y la buena paz te engancha. El destino me la juega, y aquí no vale revancha, la salud cuando se pliega el dolor siempre te engancha. Una vacuna traidora hizo temblar mi esperanza, me pienso que en mala hora trazo su maldita danza. Mi sueño sigue perdido, Miño tiene su distancia, no quiero verme vencido ni pregonar mi arrogancia. Los caminos de Galicia que te llevan a sus playas, todos saben de delicia y nadie les pone rayas. Soñaré pisar la arena sin que se rompa mi calma, no quiero hablar de verbena ni ver que nadie reclama. El destino es la ruleta que viene marcando el alma, no sé si tiene su meta, ni se si a nadie proclama. Miño le llevo conmigo, es lugar que te da calma, donde se aprecia al amigo que no se queda en la cama. El destino juega fuerte, fuerte tiene sus andadas, quizá conlleva a la muerte en las frías madrugadas. No quieras pactos del diablo, ni busques metas borradas, ni quieras usar vocablos de las noches embrujadas. Miño tiene sus veredas, entre eucaliptos guardadas, sus montes dicen que enredan a sus costas encantadas. El destino no me deja vivir noches delicadas, siempre nos queda esa queja de ver visiones pasadas. G X Cantalapiedra.
Soñando pisar las tablas del paseo de esa playa, Miño nos daba esperanza que poco a poco se acaba. Soñando pisar la arena, entre brisas de nostalgia, no queriendo tener pena y gozar si existe magia. Es la Galicia de siempre, corazón amor y calma, la que llevas en tu mente y con la que tu descansas. La playa Grande de Miño, repleta de buena marcha, donde se nota el cariño y la buena paz te engancha. El destino me la juega, y aquí no vale revancha, la salud cuando se pliega el dolor siempre te engancha. Una vacuna traidora hizo temblar mi esperanza, me pienso que en mala hora trazo su maldita danza. Mi sueño sigue perdido, Miño tiene su distancia, no quiero verme vencido ni pregonar mi arrogancia. Los caminos de Galicia que te llevan a sus playas, todos saben de delicia y nadie les pone rayas. Soñaré pisar la arena sin que se rompa mi calma, no quiero hablar de verbena ni ver que nadie reclama. El destino es la ruleta que viene marcando el alma, no sé si tiene su meta, ni se si a nadie proclama. Miño le llevo conmigo, es lugar que te da calma, donde se aprecia al amigo que no se queda en la cama. El destino juega fuerte, fuerte tiene sus andadas, quizá conlleva a la muerte en las frías madrugadas. No quieras pactos del diablo, ni busques metas borradas, ni quieras usar vocablos de las noches embrujadas. Miño tiene sus veredas, entre eucaliptos guardadas, sus montes dicen que enredan a sus costas encantadas. El destino no me deja vivir noches delicadas, siempre nos queda esa queja de ver visiones pasadas. G X Cantalapiedra.