PLAYA DE MIÑO, RIA DE BETANZOS
El mar se va confundiendo
con las arenas calientes,
La Ría viene fingiendo
estos bonitos ambientes.
La Playa Grande de Miño
es verdor y mar pendiente,
allí se divierte el niño
aunque exista mucha gente.
Sus paseos interminables
con el color muy pendiente,
son tramos inacabables
que se viven muy presente.
La arena fluye con prisa
teniendo la mar de frente,
a veces corre esa brisa
que la teme el penitente.
Miño mirando a su playa
en los días calurosos,
el otoño marca raya
con calores temblorosos.
La Ría viene fundida
con las olas de otros lares,
y en Miño deja encendida
la luz de tantos lugares.
Sentir la tierra gallega
mirando siempre a esa Ría,
donde el calor se despliega
en perfecta sintonía.
Miño presume de playa
con su bonita armonía,
el calor no te desmaya
ni te rompe tu alegría.
Playa y verde se acrecientan
en su entorno fabuloso,
las nieblas que allí se aumentan
siendo un sentir caprichoso.
G X Cantalapiedra.
El mar se va confundiendo
con las arenas calientes,
La Ría viene fingiendo
estos bonitos ambientes.
La Playa Grande de Miño
es verdor y mar pendiente,
allí se divierte el niño
aunque exista mucha gente.
Sus paseos interminables
con el color muy pendiente,
son tramos inacabables
que se viven muy presente.
La arena fluye con prisa
teniendo la mar de frente,
a veces corre esa brisa
que la teme el penitente.
Miño mirando a su playa
en los días calurosos,
el otoño marca raya
con calores temblorosos.
La Ría viene fundida
con las olas de otros lares,
y en Miño deja encendida
la luz de tantos lugares.
Sentir la tierra gallega
mirando siempre a esa Ría,
donde el calor se despliega
en perfecta sintonía.
Miño presume de playa
con su bonita armonía,
el calor no te desmaya
ni te rompe tu alegría.
Playa y verde se acrecientan
en su entorno fabuloso,
las nieblas que allí se aumentan
siendo un sentir caprichoso.
G X Cantalapiedra.