Es una de las más bonitas de la Costa da Morte, con un frondoso
pinar que se convierte en
verano en el centro turístico del municipio.
Además de su belleza, la existencia del
Río Lago que desemboca tranquilamente en la
playa la hace un lugar muy recomendable para las
familias con niños, que encuentran allí la tranquilidad que no pueden tener en otras
playas.
Al principio de la playa se encuentra el
faro que, aunque pequeño y de menor orden para el tráfico marítimo, marca la desembocadura del Río Grande. Su situación, en una punta entre las dos playas y con unas vistas magníficas