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Ya volví de mis vacaciones y como lo prometido es deuda he de contar que comi en el Albores, como me indicaba nuestro amigo internauta y tomé varias tapas y cervezas en la "tasca típica" de la que he enviado varias fotos que aquí se pueden ver (entre algunas otras).
En el Albores me encontre con un comedor pequeñito (cinco mesas) pero muy acogedor. Me atreví (no soy dado a "cosas raras" en cuanto a comida se refiere) con un revuelto de erizo de mar. No me desagradó la experiencia, quizá el sabor demasiado fuerte a mar. Continué con un pulpo con habas y ahí hice pleno, mágnifico plato. Me entusiasmó. Para terminar di cuenta de un estupendo jarrete por añadir algo de carne a mi dieta ya que fue el décimo dia de mis vacaciones y hasta entonces no habian entrado en mi estómago mas que productos de mar: Navajas, Rodaballo, Bogabante (con arroz), mejillones, Xoubas, Nécoras (estas no gallegas pues no estaba desvedada todavia), algun trozo de empanada de bacalao, los famosisimos berberechos, mejillones etc etc. Regado todo ello segun el dia con ribeiro o albariño (tambien probé algun "ribera sacra"), sin olvidar todo tipo de oruxos. Hoy a pesar de haber transcurrido un mes desde mi estancia en esta ria ya siento nostalgia (ahora entiendo lo de la "morriña", no es de extrañar). Es muy pronto, pero el año que viene creo que va a ser obligatoria la vuelta, además poquito a poquito voy perdiendo los cuatro kilos y medio que me traje de recuerdo (lo reconozco, lo mio en esta santa tierra es Gula, pero hay pecados mas graves, y mas caros) y que me habian hecho, subido en la báscula, renegar de la gastronomia gallega. Me duró poco. Comprendí aunque evidentemente demasiado tarde, que mi problema no es la calidad sino la cantidad.
En el Albores me encontre con un comedor pequeñito (cinco mesas) pero muy acogedor. Me atreví (no soy dado a "cosas raras" en cuanto a comida se refiere) con un revuelto de erizo de mar. No me desagradó la experiencia, quizá el sabor demasiado fuerte a mar. Continué con un pulpo con habas y ahí hice pleno, mágnifico plato. Me entusiasmó. Para terminar di cuenta de un estupendo jarrete por añadir algo de carne a mi dieta ya que fue el décimo dia de mis vacaciones y hasta entonces no habian entrado en mi estómago mas que productos de mar: Navajas, Rodaballo, Bogabante (con arroz), mejillones, Xoubas, Nécoras (estas no gallegas pues no estaba desvedada todavia), algun trozo de empanada de bacalao, los famosisimos berberechos, mejillones etc etc. Regado todo ello segun el dia con ribeiro o albariño (tambien probé algun "ribera sacra"), sin olvidar todo tipo de oruxos. Hoy a pesar de haber transcurrido un mes desde mi estancia en esta ria ya siento nostalgia (ahora entiendo lo de la "morriña", no es de extrañar). Es muy pronto, pero el año que viene creo que va a ser obligatoria la vuelta, además poquito a poquito voy perdiendo los cuatro kilos y medio que me traje de recuerdo (lo reconozco, lo mio en esta santa tierra es Gula, pero hay pecados mas graves, y mas caros) y que me habian hecho, subido en la báscula, renegar de la gastronomia gallega. Me duró poco. Comprendí aunque evidentemente demasiado tarde, que mi problema no es la calidad sino la cantidad.