No puedo morir, sin antes volver a amarte. Por Arximiro Suárez
Poco a poco, se acortan más los días. Salí a pasear por sitios lejanos, solitarios... He pisado, sin querer, las primeras violetas recordando momentos sin vivir, e inacabados. Casi, en acto reflejo, levanto la mirada. Sólo son gorriones reclamando la atención, sin más, de su pareja. Por estas fechas, y como un rito al año, se alzan desnudas las ramas del almendro, desafiando al cielo, con nuevos brotes de su vida. Para que eso ocurra, tendremos que esperar la nueva primavera.
Es en este lugar, donde se siente el frío fuerte, y donde el viento quiere arrebatarnos el alma, golpeando una y otra vez.
Una vez más he pensado que... aquí no puedo morir, antes debo salir y volver a amarte.
El tiempo que pasé a tu lado, me marcó de forma contundente. Me hizo, un poco a tu manera de ser; y un poco, a tu medida convirtiéndome, quizá sin proponértelo, en alguien que espera ser libre y feliz; en alguien con un amor tan limpio y tan lejano, que sólo se entiende solo y por sí solo.
Quedaron, muchos momentos felices por vivir, quedaron por lograr, cosas inacabadas, pero... ¡no importa! Esta separación, no es para siempre. Esta separación es sólo momentánea. Porque estaré contigo en... ¡casi nada! Esta vida es fugaz y pasa pronto, pero tendremos otra vida llena de paz y de esperanza, otra vida en libertad.
Detengo el pensamiento apenas un momento. ¡Que se calle el rumor, y ese batir de alas!, ¡que no se oiga el vuelo de aquella mariposa!, ¡que nada turbe la quietud de mi alma...!
Día a día voy consumiendo en mi camino, las horas, los minutos y la nada. Apenas puedo avanzar pero mantengo viva mi esperanza.
Más, ¡callad todos!, ahora siento que pronto encontraré lo que buscaba.
Ya el sol, se esconde entre las nubes. El gorrión calló. No se oye nada. El almendro, prosigue adormilado y no piensa en las flores de sus ramas. Lentamente, retorno mi camino porque quiero regresar, muy pronto, a casa. A ese lugar que quedó vacío…
Me digo y contradigo a cada paso. He de vivir así. ¡No pasa nada!, no puedo morir en cautividad porque pronto alcanzaré la libertad.
Es para ti, mujer deseada...
Poco a poco, se acortan más los días. Salí a pasear por sitios lejanos, solitarios... He pisado, sin querer, las primeras violetas recordando momentos sin vivir, e inacabados. Casi, en acto reflejo, levanto la mirada. Sólo son gorriones reclamando la atención, sin más, de su pareja. Por estas fechas, y como un rito al año, se alzan desnudas las ramas del almendro, desafiando al cielo, con nuevos brotes de su vida. Para que eso ocurra, tendremos que esperar la nueva primavera.
Es en este lugar, donde se siente el frío fuerte, y donde el viento quiere arrebatarnos el alma, golpeando una y otra vez.
Una vez más he pensado que... aquí no puedo morir, antes debo salir y volver a amarte.
El tiempo que pasé a tu lado, me marcó de forma contundente. Me hizo, un poco a tu manera de ser; y un poco, a tu medida convirtiéndome, quizá sin proponértelo, en alguien que espera ser libre y feliz; en alguien con un amor tan limpio y tan lejano, que sólo se entiende solo y por sí solo.
Quedaron, muchos momentos felices por vivir, quedaron por lograr, cosas inacabadas, pero... ¡no importa! Esta separación, no es para siempre. Esta separación es sólo momentánea. Porque estaré contigo en... ¡casi nada! Esta vida es fugaz y pasa pronto, pero tendremos otra vida llena de paz y de esperanza, otra vida en libertad.
Detengo el pensamiento apenas un momento. ¡Que se calle el rumor, y ese batir de alas!, ¡que no se oiga el vuelo de aquella mariposa!, ¡que nada turbe la quietud de mi alma...!
Día a día voy consumiendo en mi camino, las horas, los minutos y la nada. Apenas puedo avanzar pero mantengo viva mi esperanza.
Más, ¡callad todos!, ahora siento que pronto encontraré lo que buscaba.
Ya el sol, se esconde entre las nubes. El gorrión calló. No se oye nada. El almendro, prosigue adormilado y no piensa en las flores de sus ramas. Lentamente, retorno mi camino porque quiero regresar, muy pronto, a casa. A ese lugar que quedó vacío…
Me digo y contradigo a cada paso. He de vivir así. ¡No pasa nada!, no puedo morir en cautividad porque pronto alcanzaré la libertad.
Es para ti, mujer deseada...
Querido Arximiro Suárez.
No se para quién era ese poema tan lleno de ternura, pero no podía pasar sin decirte que me ha emocionado y me ha sacado una sonrisa y tenía que decírtelo. Yo también soy de Noia, más concretamente del Obre, aunque llevo ya años fuera de mi tierra, pero sigo siendo de NOIA. Solo agradecerte poder leer esas bonitas palabras, sean para quien sean y no dejes de escribir. Yo también escribo. www. nuncafui. es
No se para quién era ese poema tan lleno de ternura, pero no podía pasar sin decirte que me ha emocionado y me ha sacado una sonrisa y tenía que decírtelo. Yo también soy de Noia, más concretamente del Obre, aunque llevo ya años fuera de mi tierra, pero sigo siendo de NOIA. Solo agradecerte poder leer esas bonitas palabras, sean para quien sean y no dejes de escribir. Yo también escribo. www. nuncafui. es