No hace falta salir de
España para ver
playas paradisiacas,
aguas turquesas y cristalinas,
arcos perfectos y demás un
puerto con un muro ciclópeo de los tiempos de
romanos y vikingos.
En este final de trayecto, pues más allá sólo está Irlanda, en estas soledades podemos descubrir maravillas que están destinadas sólo a los que se atreven a llegar hasta el final.