Estos afilados cantiles guardan, cual soldados de
piedra, las
playas salvajes de esta costa casi inexpugnable; a la derecha otra Peña Furada, bien visible desde el "Mejor banco del Mundo" y al fondo, como un
gigante dormido, el punto más septentrional de la Península Ibérica, El Cabo de Estaca de
Bares.
Esta zona la bauticé en mi trabajo de promoción turística: El Norte del Norte.