ERA UNA TARDE DE AGOSTO
Era una tarde de agosto,
buscando calores viejos,
notaba un frío en el rostro
que me quito los complejos.
El viento muy cariñoso
apenas le fui notando,
aunque me sentí dichoso
el sol no fue calentando.
Aquella tarde de agosto
por la Profunda Galicia,
viviendo ese tiempo angosto
que te marca la delicia.
Las nubes fueron pasando
con sus brisas placenteras,
el calor se fue ocultando
sin respetar las fronteras.
Era una tarde risueña
con olores de paisaje,
donde la vista se empeña
en hallar cierto linaje.
Barcos que van navegando
por esas rías gallegas,
y el viento les va llevando
mientras los campos se riegan.
Tardes de agosto preciosas
entre nubes sin barreras,
donde quizá buscas rosas
sin pensar en primaveras.
Galicia va respirando
esas nubes de aguaceros,
y en su ambiente va dejando
caminos aventureros.
G X Cantalapiedra.
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