AQUEL HOMBRE GRITO, VOLVERÉ.
Eran fechas de primeros de noviembre de hace unos años, y aquel hombre gallego se moría en una soledad tremenda, llevaba varias semanas en su cama, y su esposa más
joven que él quería que se levantara a diario, sin hijos el matrimonio hacia
aguas, y aquella esposa heredera de su marido con todas sus propiedades, estaba harta de su forma de vida y su egoísmo, y el marido con tan mala enfermedad se iba agotando, su fuerza era imposible de protestar, aunque veía que la
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