CUANDO LAS MEIGAS ANDABAN POR SUS
CAMINOS
Me comentaron mil veces que era probable y sencillo, que las meigas de
Galicia tuvieran su bello brillo.
El andar por sus caminos en las horas de la
noche, eran bonitos destinos sin ver jamás un mal broche.
Curanderas con sus hierbas tratando casos fatales, jamás quisieron ser siervas, al ser personas normales.
Cargaron con agonías que no fueron sus cuidados, existiendo fantasías sobre los
campos labrados.
Pudieran llegar las meigas, me dijeron de
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