PONTEDEUME SOMBRAS AUSTERAS
Por sus caminos viendo laderas
notas los aires que te desvelan,
Pontedeume rompe barreras
entre las brisas que te consuelan.
Vives los sueños de primaveras
mientras contemplas sus arboledas,
con muchas sombras que son austeras
y algunas veces se vuelven sedas.
Y Pontedeume central lechera
con varias rías y carreteras,
donde las curvas guardan espera
que nos parecen serias barreras.
Casas prendidas en su contorno
que algunas veces lo ves dichoso,
muchos soñamos con el retorno
al ver su mundo tan armonioso.
Sus piedras viejas marcan distancia
entre palabras de aventureros,
en su cultura vi la arrogancia
de sus caminos hoy altaneros.
Rías que vienen con grandes bríos
por esa costa tan arbolada,
en el invierno corren los fríos
viendo a Galicia tan encantada.
Las Fragas de Ume son un motivo
de ver sus sendas siempre anheladas,
cualquiera frase tiene adjetivo
al ver las horas allí pasadas.
En el cerebro siento el paisaje
de ser laderas tan habitadas,
y viendo la ría sin oleaje
hoy me parecen sendas soñadas.
Es la Galicia de sensaciones
con su semblante de marineros,
donde las luces siembran razones,
viendo sus montes e invernaderos.
G X Cantalapiedra.
Por sus caminos viendo laderas
notas los aires que te desvelan,
Pontedeume rompe barreras
entre las brisas que te consuelan.
Vives los sueños de primaveras
mientras contemplas sus arboledas,
con muchas sombras que son austeras
y algunas veces se vuelven sedas.
Y Pontedeume central lechera
con varias rías y carreteras,
donde las curvas guardan espera
que nos parecen serias barreras.
Casas prendidas en su contorno
que algunas veces lo ves dichoso,
muchos soñamos con el retorno
al ver su mundo tan armonioso.
Sus piedras viejas marcan distancia
entre palabras de aventureros,
en su cultura vi la arrogancia
de sus caminos hoy altaneros.
Rías que vienen con grandes bríos
por esa costa tan arbolada,
en el invierno corren los fríos
viendo a Galicia tan encantada.
Las Fragas de Ume son un motivo
de ver sus sendas siempre anheladas,
cualquiera frase tiene adjetivo
al ver las horas allí pasadas.
En el cerebro siento el paisaje
de ser laderas tan habitadas,
y viendo la ría sin oleaje
hoy me parecen sendas soñadas.
Es la Galicia de sensaciones
con su semblante de marineros,
donde las luces siembran razones,
viendo sus montes e invernaderos.
G X Cantalapiedra.