CUANDO LAS BRISAS SE ENTIENDEN
Llegan las brisas de noche
sin explicarnos sus males,
y van dejando derroche
entre fríos naturales.
En La Galicia Profunda
donde se sienten las nieblas,
alguna brisa fecunda
nos va dejando tinieblas.
Cuando las brisas se entienden
por ser parte de sus rías,
los marineros comprenden
que sufren los frescos días.
Nieblas que van galopando
entre verdores perennes,
los marineros pensando
que son posibles vaivenes.
Nieblas que dejan sus brisas
marcando las diferencias,
de esa Galicia sin prisas
que no precisa clemencias.
Puentes que llevan marcadas
sus señas de gran paciencia,
donde las gentes centradas
viven mirando a la ciencia.
La niebla va derrochando
humedades y destreza,
en sus fríos vas notando
que puede dejar pereza.
La nostalgia se presume
en esos días de niebla,
donde el calor se resume
al ver como el cuerpo tiembla.
Vientos venidos del norte
nos marcan la diferencia,
a veces son el resorte
de una mala convergencia.
G X Cantalapiedra.
Llegan las brisas de noche
sin explicarnos sus males,
y van dejando derroche
entre fríos naturales.
En La Galicia Profunda
donde se sienten las nieblas,
alguna brisa fecunda
nos va dejando tinieblas.
Cuando las brisas se entienden
por ser parte de sus rías,
los marineros comprenden
que sufren los frescos días.
Nieblas que van galopando
entre verdores perennes,
los marineros pensando
que son posibles vaivenes.
Nieblas que dejan sus brisas
marcando las diferencias,
de esa Galicia sin prisas
que no precisa clemencias.
Puentes que llevan marcadas
sus señas de gran paciencia,
donde las gentes centradas
viven mirando a la ciencia.
La niebla va derrochando
humedades y destreza,
en sus fríos vas notando
que puede dejar pereza.
La nostalgia se presume
en esos días de niebla,
donde el calor se resume
al ver como el cuerpo tiembla.
Vientos venidos del norte
nos marcan la diferencia,
a veces son el resorte
de una mala convergencia.
G X Cantalapiedra.