PONTEDEUME ENTRE BRISAS
Corren los vientos gallegos
por diferentes cornisas,
que a veces conocen riegos
sin esperar muchas prisas.
Montes llenos de arbolado
que hacen verdes sus laderas,
con el cielo encapotado
sueñan con dulces praderas.
En La Ría de Betanzos
se mueven las marisqueras,
mientras se cumplen los plazos
de ver preciosas esperas.
Las brisas vienen corriendo
entre prisas altaneras,
la lluvia se va sintiendo
en los pazos sin barreras.
Galicia siente las brisas
de sus costas marineras,
que a veces lanzan sonrisas
con gestas aventureras.
Misterios tienen las rías
en las dulces primaveras,
que se vuelven alegrías
cuando las mentes se alteran.
Caminos que dejan huellas
entre diferentes sendas,
hay noches que ves estrellas
que nadie sabe sus riendas.
Los misterios en Galicia
siguen viendo sus centellas,
que nos parecen delicia
en esas noches tan bellas.
No sirve mirar al cielo
en las noches que son negras,
el alma quiere el consuelo
de borrar algunas fieras.
G X Cantalapiedra.
Corren los vientos gallegos
por diferentes cornisas,
que a veces conocen riegos
sin esperar muchas prisas.
Montes llenos de arbolado
que hacen verdes sus laderas,
con el cielo encapotado
sueñan con dulces praderas.
En La Ría de Betanzos
se mueven las marisqueras,
mientras se cumplen los plazos
de ver preciosas esperas.
Las brisas vienen corriendo
entre prisas altaneras,
la lluvia se va sintiendo
en los pazos sin barreras.
Galicia siente las brisas
de sus costas marineras,
que a veces lanzan sonrisas
con gestas aventureras.
Misterios tienen las rías
en las dulces primaveras,
que se vuelven alegrías
cuando las mentes se alteran.
Caminos que dejan huellas
entre diferentes sendas,
hay noches que ves estrellas
que nadie sabe sus riendas.
Los misterios en Galicia
siguen viendo sus centellas,
que nos parecen delicia
en esas noches tan bellas.
No sirve mirar al cielo
en las noches que son negras,
el alma quiere el consuelo
de borrar algunas fieras.
G X Cantalapiedra.