CUANDO SUBES A LAS FRAGAS DE EUME
Las lluvias son el testigo
de esa Galicia de siempre,
que jamás se ven castigo
mientras reluce su verde.
Subidas que dan nostalgia
de las lluvias placenteras,
curvas que tienen su magia
en estrechas carreteras.
Subir con lluvia sin prisa
en su larga caminata,
es conocer bien la brisa
donde el alma se desata.
Signos de vegetación
que tapan la carretera,
el río da la emoción
de ver corriente a su vera.
Puentes viejos de madera
con límite de personas,
hacen más sana la espera
en aquellas buenas zonas.
Caveiros es Monasterio
en su ladera escondido,
donde se guarda el misterio
de Las Fragas sin olvido.
Verdes que tapan las piedras
de momentos reprimidos,
quizá se ven muchas hiedras
en sus techos protegidos.
Historias de muchos monjes
que allí dejaron su vida,
en aquellos bellos montes
no existe luz protegida.
Las Fragas tienen recursos
que parecen naturales,
y en aquellos tiempos sustos
de momentos infernales.
G X Cantalapiedra.
Las lluvias son el testigo
de esa Galicia de siempre,
que jamás se ven castigo
mientras reluce su verde.
Subidas que dan nostalgia
de las lluvias placenteras,
curvas que tienen su magia
en estrechas carreteras.
Subir con lluvia sin prisa
en su larga caminata,
es conocer bien la brisa
donde el alma se desata.
Signos de vegetación
que tapan la carretera,
el río da la emoción
de ver corriente a su vera.
Puentes viejos de madera
con límite de personas,
hacen más sana la espera
en aquellas buenas zonas.
Caveiros es Monasterio
en su ladera escondido,
donde se guarda el misterio
de Las Fragas sin olvido.
Verdes que tapan las piedras
de momentos reprimidos,
quizá se ven muchas hiedras
en sus techos protegidos.
Historias de muchos monjes
que allí dejaron su vida,
en aquellos bellos montes
no existe luz protegida.
Las Fragas tienen recursos
que parecen naturales,
y en aquellos tiempos sustos
de momentos infernales.
G X Cantalapiedra.