EL MARINERO ENFADADO CON EL BANCO BILBAO VIZCAYA.
Aquel marinero recién jubilado, de La Galicia Profunda, acababa de recibir una carta del Banco Bilbao Vizcaya. Y sus ojos le brillaban de cabreo emocional. Al poder leer dicha carta, con cinco o seis apéndices, en letra pequeña, le dio que pensar, y lo poco que pudo comprender, era todo negativo para la persona jubilada, ya que desde el 1, de enero de 2020. Su cuenta pagaría al Banco 100, euros por solo tener allí dinero menor de 60,000, euros, aparte de comisiones transferencias y otras cantidades de cosas, Aquel marinero, notó y comprendió, que los bancos o por lo menos el suyo, son unos saqueadores de dinero, se buscan artilugios mañaneros, para dejarte la cuenta a cero, y encima deber dinero a dicha entidad de trafulleros, El marinero, pensando en su futuro, cada minuto que pasaba le notaba más oscuro, en el Banco por tener allí la pensión domiciliada, y algún recibo de luz y contribución, más el de alguna comunidad, le cobrarían por estar dando su dinero a cuenta de no producirle nada, eso sí, si pagaba con su tarjeta de crédito, y no tenía fondos suficientes, le cobrarían un 4, por ciento, más los gastos de apuntar los débitos actuales, Aquel jubilado de la marina pesquera, pensó por un momento, el sacar su poco dinero, y avisar a la luz, el agua y el gas, que para cobrar le dieran un domicilio, y así evitar esos gastos de ruina que le acababan de avisar, que a partir del 15 de diciembre del año actual, serian fijos y con signos obligatorios. Por mucho tiempo pensó, si pudiera cobrar en ventanilla mi pensión, ya me encargaría yo de pagar los gastos del piso, y hacer en mi casa un pequeño zulo, para aguardar la miseria que pueda quedarme después de efectuar pagos obligatorios. “COMISIÓN CERO”. ¡MENUDA MENTIRA ¡, La mayoría de los bancos nos cuentan cuentos,. Ya nos dijo el Poeta, León Felipe Camino Galicia. “Español que no te duerman con cuentos, que las penas del hombre las matan con cuentos y se me representan todos los cuentos. Pueblo de España, despierta y que no te duerman con cuentos. Este poema y alguno más de dicho poeta, muerto en el exilio, el año 1968, los pude leer hace muchos años, pero jamás se pasaran de moda. Cambiaremos de banco, pero no de ladrones, cambiaremos de tiempos, pero no de razones. Aquel hombre marinero de la Galicia Profunda, caminó por su Pontedeume, sin poderse quitar de la cabeza, aquella carta dirigida a su persona, con letras menudas o sea pequeñas, para que si no tenía buena vista, pasara de leerla, y así los interventores del banco, no tuvieran que aclarar lo que es imposible de entender, entre los seres humanos que su economía se ve mutilada. Y encima los bancos les quieren cobrar por tener poco dinero en sus cuentas, que más quisieran ellos que tener una cuenta flamante, aunque el dinero les hubiera venido de mala forma, para poder vivir dignamente su jubilación, y sus esposas no tuvieran que hacer milagros en las comidas, y llegar a fin de mes con algún dinero en su cartera. Pero los bancos españoles, no saben de dignidad ni de vergüenza humana, tan solo de ganancias a cuenta de los más desfavorecidos. En este caso particular de los sufridos jubilados, espero que tomen nota los muchos gallegos que si no recibieron esa carta, estará al caer, y su moral estará por el suelo, un saludo. G X Cantalapiedra. 15 – 10 – 2019.
Aquel marinero recién jubilado, de La Galicia Profunda, acababa de recibir una carta del Banco Bilbao Vizcaya. Y sus ojos le brillaban de cabreo emocional. Al poder leer dicha carta, con cinco o seis apéndices, en letra pequeña, le dio que pensar, y lo poco que pudo comprender, era todo negativo para la persona jubilada, ya que desde el 1, de enero de 2020. Su cuenta pagaría al Banco 100, euros por solo tener allí dinero menor de 60,000, euros, aparte de comisiones transferencias y otras cantidades de cosas, Aquel marinero, notó y comprendió, que los bancos o por lo menos el suyo, son unos saqueadores de dinero, se buscan artilugios mañaneros, para dejarte la cuenta a cero, y encima deber dinero a dicha entidad de trafulleros, El marinero, pensando en su futuro, cada minuto que pasaba le notaba más oscuro, en el Banco por tener allí la pensión domiciliada, y algún recibo de luz y contribución, más el de alguna comunidad, le cobrarían por estar dando su dinero a cuenta de no producirle nada, eso sí, si pagaba con su tarjeta de crédito, y no tenía fondos suficientes, le cobrarían un 4, por ciento, más los gastos de apuntar los débitos actuales, Aquel jubilado de la marina pesquera, pensó por un momento, el sacar su poco dinero, y avisar a la luz, el agua y el gas, que para cobrar le dieran un domicilio, y así evitar esos gastos de ruina que le acababan de avisar, que a partir del 15 de diciembre del año actual, serian fijos y con signos obligatorios. Por mucho tiempo pensó, si pudiera cobrar en ventanilla mi pensión, ya me encargaría yo de pagar los gastos del piso, y hacer en mi casa un pequeño zulo, para aguardar la miseria que pueda quedarme después de efectuar pagos obligatorios. “COMISIÓN CERO”. ¡MENUDA MENTIRA ¡, La mayoría de los bancos nos cuentan cuentos,. Ya nos dijo el Poeta, León Felipe Camino Galicia. “Español que no te duerman con cuentos, que las penas del hombre las matan con cuentos y se me representan todos los cuentos. Pueblo de España, despierta y que no te duerman con cuentos. Este poema y alguno más de dicho poeta, muerto en el exilio, el año 1968, los pude leer hace muchos años, pero jamás se pasaran de moda. Cambiaremos de banco, pero no de ladrones, cambiaremos de tiempos, pero no de razones. Aquel hombre marinero de la Galicia Profunda, caminó por su Pontedeume, sin poderse quitar de la cabeza, aquella carta dirigida a su persona, con letras menudas o sea pequeñas, para que si no tenía buena vista, pasara de leerla, y así los interventores del banco, no tuvieran que aclarar lo que es imposible de entender, entre los seres humanos que su economía se ve mutilada. Y encima los bancos les quieren cobrar por tener poco dinero en sus cuentas, que más quisieran ellos que tener una cuenta flamante, aunque el dinero les hubiera venido de mala forma, para poder vivir dignamente su jubilación, y sus esposas no tuvieran que hacer milagros en las comidas, y llegar a fin de mes con algún dinero en su cartera. Pero los bancos españoles, no saben de dignidad ni de vergüenza humana, tan solo de ganancias a cuenta de los más desfavorecidos. En este caso particular de los sufridos jubilados, espero que tomen nota los muchos gallegos que si no recibieron esa carta, estará al caer, y su moral estará por el suelo, un saludo. G X Cantalapiedra. 15 – 10 – 2019.