SIN PENSAR EN OTRA COSTA
Aquel gallego sentido
que supo ser un amante,
intento vivir erguido
sin querer ser arrogante.
Con el amor a su tierra
siempre viviendo su instante,
en el sentimiento encierra
un cariño deslumbrante.
Pisando campos y montes
andando por muchos lados,
en Galicia vio soportes
de sus caminos soñados.
La morriña de sus rías,
con arboledas y prados,
hacen de sus noches frías
esos caminos andados.
Sentir tu tierra latiendo
con sus sonidos graciosos,
es algo que vas viviendo
entre gritos caprichosos.
Cuando la tierra te llama
en las horas temblorosas,
existe el viento que clama
con sus cosas misteriosas.
Nostalgias de verdes prados
sobre las mentes humanas,
caminos que dan estragos
y vuelven las gentes vanas.
Misterios que van cargados
de morriñas y nostalgias,
da lo mismo por Cambados
que en la Coruña de magias.
Esta Galicia de amores
que destila su templanza,
no quiere sufrir dolores
ni perderse en la bonanza.
G X Cantalapiedra.
Aquel gallego sentido
que supo ser un amante,
intento vivir erguido
sin querer ser arrogante.
Con el amor a su tierra
siempre viviendo su instante,
en el sentimiento encierra
un cariño deslumbrante.
Pisando campos y montes
andando por muchos lados,
en Galicia vio soportes
de sus caminos soñados.
La morriña de sus rías,
con arboledas y prados,
hacen de sus noches frías
esos caminos andados.
Sentir tu tierra latiendo
con sus sonidos graciosos,
es algo que vas viviendo
entre gritos caprichosos.
Cuando la tierra te llama
en las horas temblorosas,
existe el viento que clama
con sus cosas misteriosas.
Nostalgias de verdes prados
sobre las mentes humanas,
caminos que dan estragos
y vuelven las gentes vanas.
Misterios que van cargados
de morriñas y nostalgias,
da lo mismo por Cambados
que en la Coruña de magias.
Esta Galicia de amores
que destila su templanza,
no quiere sufrir dolores
ni perderse en la bonanza.
G X Cantalapiedra.