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ME HABLARON DE UNA FAMOSA BANDOLERA DE GALICIA
Una mujer decidida, que sin temor a las leyes, dejo sus huellas sentidas entre sufridas mujeres. Bandolera de caminos robando las diligencias, en sus sufridos destinos no quiso nunca clemencias. Con sus hombres de refuerzos asaltando en los caminos, dejo sus grandes esfuerzos rompiendo calma y destinos. Bandolera de la noche, con el trabuco apuntando, en sus pasos de reproche su valor fue derrochando. Marcó sus malas pisadas, con el trabuco en la mano, en las tierras más privadas dejo su rumbo inhumano. Rompiendo viejas leyendas de las meigas arraigadas, galopando por las sendas entre frases embrujadas. Ningún hombre la frenaba en tan dura competencia, el cuchillo lo llevaba para anular la paciencia. Buscando viejos caminos en La Profunda Galicia, comprobó los desatinos de ver sufrir la inmundicia. Sin temores en la vida, dejo claro su destino, su cuadrilla siempre erguida fue presumiendo de tino. Sin hombres que la mandaran, siendo dueña de su signo, las diferencias lograban hacer brillar su mal signo. Una mujer bandolera, que se jugaba la vida, alguna meiga sincera quiso dejarla perdida. Las noches de negras brisas, cuando las sombras se agitan, sin luces ni cortapisas los fantasmas nunca gritan. La Bandolera famosa, dejo las huellas prendidas, en su marcha tendenciosa puso sombras deprimidas. Los guardias fueron buscando la sombra de sus heridos,, el olvido fue dejando muchos momentos perdidos. Entre grutas escondidos, y parajes olvidados, sus personajes sufridos siempre serán recordados. Los paisajes de Galicia, tienen caminos quebrados, y nunca será delicia ver los pasos mal llevados. Aquella gran bandolera que dejó sendas marcadas, tuvo agallas de primera en estas tierras grabadas. Las sendas suelen ser duras en las noches delicadas, mientras las sombran perduran en las cumbres muy pisadas. Una mujer bandolera, en esta tierra regada, el trabuco fue bandera de su vida marginada. G X Cantalapiedra.
Una mujer decidida, que sin temor a las leyes, dejo sus huellas sentidas entre sufridas mujeres. Bandolera de caminos robando las diligencias, en sus sufridos destinos no quiso nunca clemencias. Con sus hombres de refuerzos asaltando en los caminos, dejo sus grandes esfuerzos rompiendo calma y destinos. Bandolera de la noche, con el trabuco apuntando, en sus pasos de reproche su valor fue derrochando. Marcó sus malas pisadas, con el trabuco en la mano, en las tierras más privadas dejo su rumbo inhumano. Rompiendo viejas leyendas de las meigas arraigadas, galopando por las sendas entre frases embrujadas. Ningún hombre la frenaba en tan dura competencia, el cuchillo lo llevaba para anular la paciencia. Buscando viejos caminos en La Profunda Galicia, comprobó los desatinos de ver sufrir la inmundicia. Sin temores en la vida, dejo claro su destino, su cuadrilla siempre erguida fue presumiendo de tino. Sin hombres que la mandaran, siendo dueña de su signo, las diferencias lograban hacer brillar su mal signo. Una mujer bandolera, que se jugaba la vida, alguna meiga sincera quiso dejarla perdida. Las noches de negras brisas, cuando las sombras se agitan, sin luces ni cortapisas los fantasmas nunca gritan. La Bandolera famosa, dejo las huellas prendidas, en su marcha tendenciosa puso sombras deprimidas. Los guardias fueron buscando la sombra de sus heridos,, el olvido fue dejando muchos momentos perdidos. Entre grutas escondidos, y parajes olvidados, sus personajes sufridos siempre serán recordados. Los paisajes de Galicia, tienen caminos quebrados, y nunca será delicia ver los pasos mal llevados. Aquella gran bandolera que dejó sendas marcadas, tuvo agallas de primera en estas tierras grabadas. Las sendas suelen ser duras en las noches delicadas, mientras las sombran perduran en las cumbres muy pisadas. Una mujer bandolera, en esta tierra regada, el trabuco fue bandera de su vida marginada. G X Cantalapiedra.